Aunque con matices, los partidos de la Oposición Municipal consideran que no han tenido información transparente respecto al cambio de nombre para la Biblioteca Municipal Central.

Según los testimonios recogidos a los cuatro portavoces de la oposición, la historia comenzó cuando el alcalde, Antonio Francés, comunicó la idea de adherirse al reconocimiento póstumo que la Universidad de Alicante había anunciado para el profesor alcoyano Ricardo Senabre.

Tras entregar la reseña en una Junta de Portavoces, Francés explicó la intención de su gobierno para destinarle este reconocimiento, al tiempo que indicó que “habían pensado de ponerle su nombre a algo, ya veremos”, tal y como han coincidido en su relato a Página 66 los cuatro portavoces de la oposición.

“Tras consultar con el Grupo Municipal y con expertos dimos el 'Ok' a la Medalla de Oro porque se trata de una persona con prestigio que así lo merece”, ha contado el portavoz del PP, Rafa Miró. Hasta ese momento no se sabía nada de a qué lugar o instalación se le iba a denominar como al homenajeado.

Una visita informal a los despachos de la oposición del concejal de Cultura, Raül Llopis, quizás haya sido el momento clave que ha generado la polémica. “Nos dijo que podría ser buena idea ponerle Ricardo Senabre a alguna sala de la Biblioteca, pero que aún no sabían a cuál porque hay dos o tres”, recuerda Estefanía Blanes, versión que coincide con la que ha trasladado a Página 66 Miró y los portavoces de Compromís y Ciudadanos, David Abad y Jorge Sedano, respectivamente. “No estaba solo cuando lo dijo, éramos tres personas las que estábamos en el despacho”, ha asegurado Rafa Miró.

“Nuestra sorpresa llegó cuando recibimos el calendario de actos y vimos que ya estaba cerrado el cambio de nombre a la Biblioteca”, ha señalado David Abad. En otra reunión posterior con el alcalde, el portavoz de Compromís preguntó si el cambio de nomenclatura para la instalación de lectura se votaba en Pleno o, por el contrario, era decisión del alcalde.

Francés justificó cierto interés en consensuar la medida, aunque ya estaba tomada. “De nuevo nos encontramos con otra decisión unilateral del gobierno”, ha denunciado Estefanía Blanes. Como ha recordado David Abad, “la costumbre siempre ha sido que la decisión de cambios de nombre a calles o espacios públicos ha tenido lugar en Junta de Portavoces, con o sin consenso”.

El desencuentro, por tanto, no viene por la decisión, sino por la forma en la que se ha llevado a cabo. Miró ha reclamado que “se debería haber realizado un proceso más abierto, riguroso y contando con instituciones como el CAEHA", entidad que ha mostrado públicamente su disgusto.

De manera similar se expresa David Abad, quien ha declarado que la medida de Francés “nos entristece, especialmente por la familia, ya que la propuesta no se ha consensuado”. El portavoz de Compromís, que ha asegurado haber recibido la noticia “con sorpresa y tristeza”, ha recordado que su formación política no es partidaria de “poner nombres a espacios o edificios, nomenclatura que al final no se utilizará”.

Para Jorge Sedano, la cuestión no merece disgusto. “Como hombre de Estado apoyo este reconocimiento”, ha asegurado, al tiempo que ha mostrado su malestar por la postura de los otros grupos políticos. El concejal de Ciudadanos ha afirmado que a él Llopis sí le explicó que la denominación se extendía a toda la Biblioteca.

“Por supuesto, nos sumamos a la propuesta de Medalla de Oro, que consideramos sobradamente merecida”, ha explicado Abad, de la misma manera que han hecho Blanes y Miró. Sin embargo, la segunda parte del homenaje, el cambio de nombre a la Biblioteca Central empaña la celebración y desvía la atención que merece el personaje hacia la polémica del desencuentro.