La época navideña es, por excelencia, el periodo del año en que se consumen más productos y servicios en todos los sectores. Se compran muchos regalos y productos para celebraciones, este año el sector del comercio electrónico se prepara para una Navidad en la que numerosos ciudadanos se decantarán por esta fórmula para realizar sus compras navideñas, y es que un 18% de los consumidores de este país ya compra sus regalos navideños solo en cibertiendas.
Las ventajas son conocidas por los clientes, comodidad, rapidez, y en muchas ocasiones, precios más competitivos inducen a que los usuarios se decanten por este medio de consumo. No obstante, para realizar con éxito las compras a través del comercio electrónico, es indispensable adoptar ciertas pautas de seguridad, fundamentalmente para protegerse de las carencias que en este sentido pueda tener dicho modelo de consumo.
Una clave básica es comprar en portales que reúnan las garantías necesarias para formalizar la compra de forma correcta. Así será posible defenderse ante eventuales estafas o malas actuaciones por parte de sitios que no reúnen los mínimos requisitos para ejercer esta actividad comercial. El mismo navegador indica cuando el internauta se encuentra en una página segura a través de un icono (normalmente un candado), que aparece en la pantalla del ordenador. Además, otra señal inequívoca de que estamos en una web segura es que la URL, o barra de la dirección web, pasa de ser http:// a ser https://.
Las compras online exigen métodos de pago a través de la red. Para ello, las empresas que operan en Internet utilizan sistemas fiables, buscan la seguridad de los datos de sus usuarios e incorporan mecanismos adecuados para realizar transacciones electrónicas de forma segura. Si algún portal no dispone de ellos, lo mejor es no hacer ninguna compra en él. Asimismo, es muy recomendable que, antes de introducir en la página web los datos personales y el número de la tarjeta de crédito, el consumidor se asegure de que se trata de una página segura.
Una vez adquirido el producto, el vendedor debe facilitar una factura con todos los gastos y el precio final de la compra o contratación que ha realizado el usuario.
Cuando se compra un producto por internet, el consumidor puede ejercer lo que se conoce como “derecho de desistimiento”, es decir, puede retractarse de su compra sin necesidad de justificación, en los 14 días siguientes a la recepción del producto, y la empresa está obligada a reembolsar el dinero pagado sin penalización. No obstante, quedan exentos de este derecho los productos que estén claramente personalizados, los que por su naturaleza se deterioren o caduquen con rapidez y que hayan sido desprecintados por el consumidor.
Si el usuario se encuentra con algún problema, como no recibir el producto a pesar de haberlo pagado, que llegue defectuoso, puede presentar una reclamación legal contra la empresa suministradora del mismo. Sin embargo, en el caso de que las compras on-line sean entre particulares, hay que saber que las autoridades de consumo autonómicas no pueden intervenir, ya que solo pueden hacerlo en el caso de que el problema sea entre un particular y una empresa. El usuario damnificado solo tendría entonces la opción de acudir a los tribunales de justicia.
En Togue's Legal Services tenemos experiencia en gestionar en este tipo de problemas, que cada vez están siendo más frecuentes en nuestro nuevo modelo de consumo, no obstante, conocer bien nuestros derechos y exigir una mínimas garantías antes de formalizar la compra, en muchos casos es determinante para poder disfrutar del producto electrónicamente adquirido.
Un artículo de Laia Santamaria, de Togue's Legal Services.