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José Luis Moltó, tocar el cielo con el voley

Paco J. Agulló - Dilluns, 11 de Gener del 2016
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Entrevistamos al jugador olímpico contestano.

Sentados ante el pabellón del polideportivo de Cocentaina, donde dio sus primeros pasos como jugador de voleibol, José Luis Moltó, recuerda su brillante trayectoria deportiva con más de 400 partidos de internacional, Campeón de Europa en Rusia y Olímpico en Sidney con la Selección y ocho liga en sus equipos en España, Francia y Bélgica. Un Hijo Predilecto de altura.

 

 

-¿Cómo ves las instalaciones en las que te iniciaste de joven?

 

-Hay cosas que han cambiado y otras no. Alguna vez me escapaba de las clases del instituto y venía aquí a jugar. Son muchas vivencias y recuerdos los vividos en estas pistas, aunque con 16 años ya salí de casa, siempre da gusto volver.

 

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-Haciendo un repaso cronológico… ¿cómo empieza un joven de Cocentaina altote en este deporte hasta llegar a la cumbre?

 

-A mí siempre me había gustado hacer todo tipo de deporte. En el colegio Real Blanc jugaba a fútbol, baloncesto… como cualquier chaval. Hasta que en clase de Educación Física dimos voleibol y me encantó. Vi que se me daba bien y vine al club de Cocentaina a jugar, con Ignasi Catalá, que fue mi maestro. A partir de ahí fui mejorando. No lo hacía mal pero sobre todo destacaba por mi altura. Con 16 años ya medía dos metros. Unos árbitros con contactos con la Federación Española me vieron en una fase de ascenso y les avisaron.

 

-En ese instante es cuando das el salto y sales de casa.

 

-Sí, así es. Me fui interno a la Selección Permanente Juvenil que estaba concentrada en Soria todo el año. Allí estudiábamos, entrenábamos y jugábamos, hasta que a los 18 años tuve mi primera oferta profesional. Fue precisamente con el Numancia de Soria, que venía de ganar la Copa del Rey. A partir de ahí, empecé a jugar en los mejores equipos de España y del extranjero, Soria, Almería, París, Bélgica, Italia y Palma. Luego cuando en abril acababa la competición iba convocado con la Selección. Los únicos momentos que he tenido para descansar ha sido cuando me he lesionado.

 

-En todos los equipos has conseguido ganar la liga…

 

-Casi, excepto en Italia. Jugar allí ya fue un sueño pues es como la NBA del voleibol. Pero justó cuando llegué en uno de mis mejores momentos me lesioné. He tenido 5 operaciones de rodilla con complicadas recuperaciones y esta fue la más inoportuna. Me acabé de recuperar con la Selección Española y al año siguiente ya no estuve tan bien. Sí que he ganado las ligas francesa y belga y la española con el Soria, el Almería y el Palma, ocho en total.

 

-En la Selección Española tocas el techo como deportista con dos puntos álgidos, Olimpiadas y Campeón de Europa.

 

-Ya habíamos ganado la Liga Europea y poco después jugamos el Europeo en Rusia. La final fue en Moscú ante los rusos y pese a 14.000 espectadores y a los árbitros en contra, conseguimos ganar. Además fui elegido mejor bloqueador. Fue un gran momento. Justo ese día la Selección Española de baloncesto perdió en Madrid la final del Europeo ante Rusia. Pero el techo de un deportista es ser Olímpico. Conseguimos clasificarnos para los Juegos de Sidney. Una vez allí no nos salió bien a nivel deportivo y no pudimos aspirar a medallas, pero la experiencia fue fantástica. Además fui con mi mujer y pudimos ver muchas instalaciones y competiciones. Fue una gran experiencia, los mejores deportistas juntos en un mismo evento.

 

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- ¿Qué balance hacemos de toda esta brillante trayectoria?

 

- Por pedir –bromea- algo más de dinero. Si hubiese sido fútbol y no voleibol… pero me llevo muchas experiencias. Cierto es que al acabar, como en muchos deportes minoritarios, estás perdido. Has dedicado toda tu vida, por la mañana y por la tarde, a entrenar de lunes a sábado, viajes y partidos. Solo sabes pegarle a una pelota. Es un paso difícil adaptarte a la vida fuera del deporte, a un nuevo oficio.

 

-¿Cuál ha sido tu experiencia? ¿Dónde podemos encontrarte?

 

-En mi caso tuve suerte de que mi mujer es fisioterapeuta. Surgió la posibilidad de seguir en el voleibol como entrenador profesional ya fuera en España o fuera, pero nos quisimos seguir con viajes, maletas, cambiar a los niños de colegio y de ciudad, por lo que optamos por el Plan B. Podíamos venir a Cocentaina y montar una clínica o montarla en Irún, que es la opción por la que optamos. Mi mujer y otra fisio atienden a los clientes, también tenemos un podólogo y un nutricionista. Yo llevo la gestión, las actividades físicas, pilates y soy entrenador personal. Para matar el gusanillo entreno a un equipo de San Sebastián que juega en Primera División, lo que sería la Segunda B del fútbol. Es una categoría amateur, pero de un buen nivel que me permite seguir vinculado con la pelota.

 

-En tu caso sí has sido ‘profeta en tu tierra’…

 

-La verdad es que Cocentaina se han portado genial conmigo. Nombrarme Hijo Predilecto fue todo un honor. Vinieron a recogerme de buena mañana a mi casa con banda de música y xirimiters y recorrimos toda Cocentaina. Las asociaciones se volcaron regalándome cosas para mí o mi familia, también pasamos por los colegios. Fue un día fantástico. También leí el Privilegio de la Fira de Tots Sants, lo que me permitió visitarla, pues siempre me había coincidido con competiciones. Estoy en contacto con el concejal de deportes, Saúl Botella.

 

-Por último, ¿qué les dices a los chavales que nos estén viendo?

 

-Lo principal es que se diviertan. Cierto es que el deporte tiene unos valores, honor, trabajo en equipo, es saludable, haces amistades, pero lo principal es que se diviertan con el deporte que sea. Eso les digo a mis hijos, Markel y Joan. También destacó que la familia es muy importante, para mí lo ha sido, mis padres siempre me han seguido y me han apoyado mucho.

 

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La entrevista vista por Paco Agulló

 

José Luis Moltó ha demostrado una vez más ser alguien tan grande de altura como de corazón.

 

Nos conocimos hace muchos años y aunque nos hemos visto en contadas ocasiones, con cada llamada telefónica, con cada encuentro, parece como si el tiempo no hubiese pasado.

 

Todo fueron facilidades para la entrevista. Aprovechamos que se escapaba del País Vasco, de Irún, donde vive con su mujer e hijos y donde trabaja para venir a Cocentaina con motivo de una reunión con sus ‘quintos’, que cumplen 40 años.

 

Nos abrió las puertas de casa de sus padres y fuimos unos privilegiados al poder ver como en el comedor, su madre tiene un pequeño museo de José Luis. Desde el diploma como ‘Hijo Predilecto’ hasta la lectura del ‘Privilegi de la Fira’, pasando por las fotos de las Olimpiadas de Sidney.

 

En las puertas del pabellón del Polideportivo Municipal de Cocentaina, donde todo empezó, José Luis nos demostró que, aún lejos de las pistas, sigue bloqueando los problemas con sus largos brazos y rematando con su bondad y sus dotes de líder. Un líder silencioso y amable. De los que ya no quedan.

 

Es de esas personas con las que tras hablar unos pocos minutos ya sientes la confianza.

 

 

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