Hubo un tiempo en el que las jugueterías eran lugares encantadores en los que se la imaginación esperaba a estar en manos de cualquier niño. Objetos de ilusión que subían hasta los techos altos de los establecimientos, los juguetes conforman la historia interna de cada persona.

Jorge Muñoz Rabadán comenzó a coleccionar juguetes cuando todavía era adolescente. Posee una de las recopilaciones más valiosas y extensas  de piezas reales en funcionamiento. El tren mecánico Payá de los años 20, el Citroën Tiburón de los sesenta, la muñeca Gwendolin de Famosa de los setenta… son parte de sus tesoros.

Esta Navidad vamos a poder revivirlos. Un local con sabor de siempre en la calle Sant Llorenç número 26 de Alcoy, la antigua farmacia Amorós, ha quedado decorada como una tienda de juguetes clásica. Aviones, juegos de mesa, muñecas, coches, carritos, balones, cocinas, trenes… toda una colección de recuerdos que nos harán vivir la nostalgia de nuestra infancia.