Cada catástrofe tiene siempre su sonido. Los rotores de los helicópteros quedaron grabados en el recuerdo sonoro de la tragedia de Mariola de 2012. Ahora, tras este temporal por etapas de meteoros diversos, las motosierras talando restos de árboles destrozados.
"Son cerca de cien árboles los que han caído y habrá que arrancar muchos más que han quedado sueltos", nos comenta una de las personas que se encarga de valorar el mal de esta sucesión de nieve, lluvia y viento. Cuando sacamos el domingo por la noche los datos con las actuaciones de policía y bomberos hubo quien se escandalizo al conocer la cuarentena de árboles caídos sobre los que hubo que trabajar. Nada comparado con la realidad, más allá de calles transitadas.
Son decenas los árboles que inertes descansan sobre el suelo del parque cabecera de Santa Rosa al que durante décadas han dado sombra y vida. En su mayor parte pinos, pero también de cualquier otra especia que se elevara de la tierra lo suficiente como para que el viento hiciese una buena palanca.
Primero tuvimos las lluvias de diciembre, centenares de litros que mojaron un terreno reseco, sin lluvias durante meses. Ahora, la nieve, bendición natural donde las haya para filtrar gota a gota todo su contenido en agua y rellenar así los acuíferos y las reservas necesarias para la supervivencia de las especies vegetales. El viento, ráfagas de hasta 70 km/h distribuidas de manera irregular, solamente ha tenido que empujar hacia uno y otro lado para que los árboles más altos terminaran por salirse de la tierra húmeda sin resistencia ninguna.
Ahora El Romeral es un almacén de madera fresca. Poco más se puede hacer que recogerla. Después toca replantar y esperar a que pasen los años. Serán estas mismas especies u otras, que con estos temporales insistentes igual hay que pensar qué especies resisten estos climas locos, aunque no sean los de aquí de siempre, de cuando éramos de otro tiempo.
Solamente podemos lamentar y recordar mientras el desagradable ruido de las motosierras talando vida caída suena sin descanso. Un sonido más que unir al recuerdo de las tragedias que vienen paralelas a nuestra existencia.
El parque de El Romeral podría ser el paradigma. Seguro que hay zonas, con mayor valor ecológico la mayor parte de ellas, que hayan registrado mayores daños, pero seguro que no es tan próximo, tan visible, tan nuestro.
Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de Página66.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.99