De entre los deportes aventura para los más osados, el puenting es uno de los que más se ha popularizado en los últimos tiempos.

Siempre se ha de realizar con las máximas medidas de seguridad y con él se busca liberar adrenalina, lanzarse a por emociones fuertes. Estos son los motivos por lo que esta modalidad es tan practicada. Con ella se vive una aventura increíble e inolvidable.

El puenting se trata de un salto que se realiza desde una altura aproximada de 30 metros y que provoca un vuelo de unos 15 metros, describiendo un gran péndulo. No en vano cuando nació esta actividad llegó a tener este nombre.

Fue en la frontera entre Cruseilles y Allonzier-la-Caille, a unos 20 kilómetros al norte de Annecy, Francia, donde surgió el puenting.

Un escalador alemán que vivía en tierras suizas, Helmut Kiene, ató una cuerda a uno de los dos puentes sobre el río Les Usses y saltó desde el otro. En un principio, a esta nueva actividad se le conoció como ‘el péndulo de Kiene’ en el gremio de la escalada.

Sin embargo, en castellano se le bautizó como ‘puenting’. Se trata de un término por completo español, puesto que en inglés puente es ‘bridge’ y no existe un término exacto para traducirlo.

Esta modalidad de salto se realiza desde un puente con cuerdas dinámicas de escalada, siempre sujeto con arneses y perneras, con la seguridad como principal máxima. El objetivo es disfrutar de un ‘subidón’ de adrenalina, un salto al vacío y hacerlo sin ningún tipo de problema.

En España, el puenting se comenzó a extender y a conocer a inicios de la década de 1980 y en los últimos años esta actividad ha vivido un auténtico boom, sin parar de crecer el número de los que se atreven a practicarla.