Pese a lo que está ocurriendo en otras zonas de España, en nuestras comarcas parece que nos salvamos de la tendencia seca con la que se recordará 2017.

Una ligera mirada a las cifras indica que las lluvias desde que se inició el año suman  cifras cercanas a los 400 mm, lo que podríamos considerar como normal. Es verdad que este dato se nutre básicamente de las lluvias de marzo y el temporal de enero, pero hay que tener en cuenta que las precipitaciones concentradas son algo propio de nuestro clima.

El histórico de lluvias en los últimos 25 años que recoge en su web el Círculo Industrial ofrece una media de 471 litros por metro cuadrado cada año. Hay ejercicios pluviométricos con sumas de hasta 734 mm, como fue 2003, el más húmedo en esta serie, seguido por 2007 con 716. Si buscamos datos puntuales, nos podemos encontrar con records, como el de 1989 con casi 860 mm, 1949 con 833 o el de 1943, cuando cayeron 898 mm.

En cuanto al Embalse de Beniarrés, la Conferencia Hidrográfica del Júcar indica que acumula algo más de 17 hectómetros cúbicos. El pantano del Serpis tiene capacidad para 27, lo que significa que está al 65% de su capacidad. Esto no ocurre en toda la cuenca. Hay embalses, como los del entorno del bajo Júcar con porcentajes que rondan el 20% e incluso menos, como el escaso 5% del Embalse de Escalona o el 10% del de Bellús. La cuenca, en total, cuenta con un 28% de capacidad, lo que señala que comparativamente Beniarrés se encuentra en un parámetro adecuado antes de las previsibles lluvias de otoño.

La llegada del otoño supone cada año un incremento de estos datos, ya que son meses en los cuales la lluvia se deja ver más por esta zona.