La ciudad de Alcoy ha presentado entre el 14 de marzo y el 30 de abril una reducción del 45% de los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2). Este gas es el contaminante típico que expulsan los tubos de escape de los coches, por lo que la reducción de movilidad a causa del estado de alarma decretado por la crisis de la Covid-19 ha repercutido positivamente en la mejora de la calidad del aire que respiramos.
Según ha afirmado La Carrasca – Ecologistas en Acción, “el dióxido de nitrógeno provoca cada año en España alrededor de 7.000 muertes prematuras, según el Instituto de Salud Carlos III y la Agencia Europea de Medio Ambiente. Es un gas irritante que agrava las dolencias respiratorias y mengua la resistencia a las infecciones. De hecho, varios estudios están relacionando un mayor riesgo de mortalidad por la Covid-19 con la contaminación atmosférica”.
El dato de estos niveles no solo ha sido positivo en Alcoy, sino que grandes ciudades como Valencia o Alicante han presentado disminuciones de un 72% de media. Como ha concluido el grupo ecologista, “en todos los lugares la reducción drástica del tráfico se ha traducido en una mejora sin precedentes de la calidad del aire, con unos niveles de contaminantes que ahora cumplen perfectamente los límites legales y las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS)”.



























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