Podría desaparecer la línea D. “Vamos a tomar medidas para tapar la herida”. Con estas palabras ha resumido el concejal de Movilidad, Jordi Martínez, la intención del Gobierno Municipal respecto al servicio de autobuses urbanos. En la reunión de carácter abierto que el concejal ha mantenido en la tarde del jueves con diversos representantes de entidades vecinales, se han presentado las cifras que determinan, según Martínez, la necesidad de estudiar las líneas, las frecuencias de paso y la sostenibilidad económico de un servicio que, por legislación, no puede desaparecer. Han asistido representantes de las asociaciones de vecinos del Centro, Viaducto, Zona Alta, Zona Norte y Partidor. Por parte del Gobierno Municipal han acudido, además de Martínez, el segundo teniente de alcalde, Paco Agulló y el concejal de Espacios Comunes, Paco Blay. POSIBLE ELIMINACIÓN DE LA LÍNEA D Una de las medidas que se está estudiando es la eliminación de la línea D, la que va desde Batoy hasta San Vicente. Entre las razones que llevan a la Concejalía de Movilidad a pensar en esta desaparición se encuentra la baja ocupación que presenta, con tan sólo dos picos de pasajeros a la hora de la entrada de alumnos en el Pare Vitoria, tanto por la mañana como por la tarde. Este cambio podría llegar a finales de septiembre o principios de octubre. Durante la reunión, los asistentes han preguntado a Jordi Martínez por otras líneas que presentan bajo uso. En algún caso, según ha informado el concejal, hay autobuses que tienen una media de 1 pasajero por viaje. OROGRAFÍA Y LÍNEAS “Ni soy técnico ni el Ayuntamiento dispone de especialistas en el diseño de líneas de autobús”, ha señalado en diversas ocasiones Jordi Martínez cuándo le preguntaban por posibles soluciones concretas. Según se desprende de la reunión, no se ha previsto una remodelación del servicio, sino tan sólo la eliminación de las líneas menos utilizadas. En junio dejaron de ser operativas la del Movibús, la de Baradello y Montesol, además de algunos horarios de la que llega a la Font Roja. De momento debe esperar el estudio que contemple qué se puede hacer “con un presupuesto de millón y medio o dos millones de euros, contando con la orografía y con el servicio mínimo que necesitamos. La falta de presupuesto disponible impide, de momento, encargar un estudio en este sentido. Autobuses más pequeños, una información clara sobre el tiempo previsto para el siguiente autobús y una configuración de líneas más directas han sido algunas de las conclusiones en las que han coincidido vecinos y Gobierno. UN SERVICIO CADA VEZ MÁS CARO Los autobuses urbanos suponen ahora mismo la cifra más importante del presupuesto municipal, una vez finalizado el contrato del Calderón. El contrato con el Grupo Subús está vigente hasta 2020. Las condiciones en que está redactado implica, tal y como ha asegurado Martínez, que el coste se haya cuadriplicado desde su firma, en el año 2000. Además, cada año será más caro. Las clausulas del acuerdo entre Ayuntamiento y la empresa concesionaria implican ingresos para la empresa en función de sus propios gastos de explotación. Como ha dejado constancia el concejal, cada vez que se ha realizado un cambio, la empresa ha mejorado sus ingresos, ya que suponen modificaciones del contrato inicial y nuevos servicios. Además, los estudios previos de los cambis, tres en total, los ha realizado empresas del mismo grupo de la concesionaria. No ve viable Jordi Martínez la municipalización de los autobuses, tanto por motivos de plazos en el contrato, como de gestión y económicos. Sin embargo, el segundo teniente de alcalde, Paco Agulló, ha manifestado a los asistentes que “quizás se deba estudiar si compensa el gasto que podamos tener de seguir todo como está”. Las previsiones de la Concejalía de Movilidad señalan que la cantidad a aportar por el Ayuntamiento cada año será mayor, hasta un punto difícilmente asumible.  Fotos [gallery link="file" order="DESC" columns="2" orderby="title"]