Tras el éxito de la presencia de la fiesta alcoyana en la pasada edición de Fitur, los responsables de la feria de turismo han propuesto que este año se realice una olleta gigante que pueda dar de comer a los asistentes al recinto.
La noticia llegó hasta la ciudad hace unos días. Hubo que esperar a terminar el último pleno para que el resto de grupos municipales conocieran esta iniciativa. Los periodistas allí presentes notaron extraña la inocente cordialidad con que todos los representantes salieron de la sala de las comisiones, especialmente tras las palabras que se acababan de escuchar en las discusiones sobre el presupuesto. Pero no hubo filtraciones. Los concejales municipales decidieron esperar a hacer pública la noticia hasta tener solucionados los inconvenientes de la propuesta de la dirección de Fitur. Dar de comer a centenares de personas es complicado.
La interculturalidad y la consideración social y religiosa de las alubias puede llevar al desastre la iniciativa. Cocinar en público entraña riesgos, pero no son los temas que más preocupan. De todos es sabido que la materia prima de la olleta de músic provoca ciertos trastornos digestivos cuya culminación externa deja, en palabras de Enrique Cantos, una inocente paz volátil. La cuestión preocupante es que las autoridades que inaugurarán el recinto llegarán a los pabellones de IFEMA sobre las 17 h, justo en plena efervescencia del asunto intestinal.
Además, tras el éxito de la pasada edición existen indicios de que los Príncipes de Asturias visiten de nuevo el stand de Alcoy, esta vez acompañados de los Reyes. Por ello, en la reunión de los representantes municipales de la semana pasada se optó por crear una comisión en la que estuviesen representados todos los partidos. Fijaron una serie de reuniones para hoy día 28 en las que tratarían de encontrar la substancia que neutralizara el problema. Según ha llegado a nuestra redacción, un concejal del gobierno afirmó que "si no evitar el problema, al menos que no se note", a lo que un regidor de la oposición añadió "la suerte que tenemos es que no afecta a los sentidos de la vista, gusto y tacto, sólo olfato y oído".
Desde que se fijó el encuentro para hoy 28 de diciembre, el ciéntífico con el que contactaron los ediles, director médico de unos conocidos laboratorios de productos de belleza y salud, no ha hecho otra cosa que investigar cómo enmudecer y enmascarar el desarrollo lógico y humano de la ingesta de la inocente olleta. La pasada madrugada, a las 4 de la mañana, recibimos la llamada del doctor, que no ha podido evitar desvelar el secreto debido a la alegría que le embarga. Ha descubierto una substancia organoléptica que se asocia con las moléculas negativas del ion sobrante para hacer desaparecer todo rastro olfativo y, de manera intermitente, el sonido.
De esta forma apenas se notará. Aun así, propone la edición de un manual en el que se explique cómo disimular la parte sonora del momento crucial. Ahora la cuestión es ¿se debe ofrecer olleta a las autoridades? ¿cómo responderá Gallardón? ¿y Esperanza Aguirre?
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