Cuando hablamos de seguridad en nuestro vehículo nos viene a la mente la imagen del airbag, del sistema de frenado o de cualquier otra evolución de los últimos años en el campo del motor.

Pero un elemento muy común en el que no siempre pensamos son las ruedas, básicas para que nuestro coche nos lleve allá donde necesitemos estar.

En Autos Martínez, Nacho Martínez argumenta que “los neumáticos cumplen más funciones de lo que realmente imaginamos, ya que hacen avanzar el vehículo según la potencia del motor y son los encargados de que al accionar el freno, responda toda la maquinaria y pare o reduzca la velocidad”.

El peso del automóvil es soportado únicamente por las cuatro ruedas, y por ello deberemos llevarlas siempre al nivel indicado por el fabricante. Nunca podrán estar por encima o por debajo de la presión recomendada. El motivo es que dependiendo del peso y el hinchado, la rueda se gastará por el centro o por los bordes, y eso pondría en riesgo la estabilidad del coche y la nuestra propia.

La presión de estos neumáticos se debe controlar cuando el coche está frío. Si no hubiera más remedio que manipular las ruedas justo después de pararlo, habrá que agregar algo más de presión a la medición.

Un consejo que dan en Autos Martínez es alinear bien el coche, “porque un mal alineado disminuye el rendimiento de nuestras ruedas y provoca un desgaste visible y peligroso”.

Los neumáticos lisos, también llamados calvos, hay que reemplazarlos de inmediato, porque si el dibujo se ha desgastado y apenas se encuentra en la superficie de las ruedas, puede provocar la desestabilización del vehículo.