Señor Presidente de las Fiestas de Moros y Cristianos de Alcoy: yo sé que usted todavía no está nombrado, pero lo estará y a no muy tardar. Quisiera lo mas breve posible dejarle unos trazos de mi criterio, por si le pueden ser de utilidad. La Asociación de San Jorge en estos momentos precisa de un presidente que la gobierne y las Fiestas de Moros y Cristianos precisan de alguien que tenga muy buen criterio y mas en los momentos que nos tova vivir como la crisis, la mujer, la tradición, el progreso y sus cambios obligados entre otros muchos.

Vuelvo a insistir en que es la Fiesta la que precisa de mano certera pues el pueblo, único y soberano señor de la Fiesta, está mas que harto de politiqueos de grupos que no hacen mas que entorpecer lo que es patrimonio del sentimiento popular. La Fiesta no tiene otro dueño que su pueblo y no se puede gobernar sin tener en cuenta las querencias de los festeros que se visten y de los festeros que no se visten y que pagan sus entradas y que aplauden y que van a todos los actos, y que aguantan la lluvia o el sol y que gracias a sus críticas siempre respetuosas mejoran la Fiesta y la engrandecen.

Hay que tener muy claro que el innombrable precio de las hojas que pagan los que se visten son causa de mucha tristeza de aquellos que no se visten porque no la pueden pagar y eso no es bueno para la Fiesta pues no podemos permitir que el dinero compre ilusiones. En cuanto a las fechas de celebración pues mas de lo mismo, pues el que aún teniendo dinero no puede vestirse y que cada vez son mas puesto que la crisis ha hecho que los alcoyanos tengan que buscar trabajo fuera de su localidad, tampoco se puede permitir privar de tan magna ilusión a nadie por culpa del incomprensible inmovilismo tradicionalista.

Lo que sí que parece que mola mucho es el pregonar la incorporación de la mujer en la Fiesta, y claro que tienen todo su derecho, pero quizás en lugar de calentarnos tanto la cabeza por ellas, dejemos que sean ellas mismas las que tomen su decisión, pues eso sí que sería darles la oportunidad de decidir ellas mismas su forma de incorporarse y no empecinarse tanto en decidir los hombres por las mujeres.

La Fiesta necesita de un buen director que ponga orden y que esté al margen de los corrillos de los viernes por la noche. Precisa de alguien que tome decisiones sin que la Fiesta sea algo con una realidad distinta a la realidad socio-económica que vivimos, que no le tiemble el pulso para tomar decisiones innovadoras basadas en la tradición pero con altura de miras pensando que nada es eterno, y que cuando tenga que concretar una decisión, que sea objeto de gran reflexión suya sin olvidar el que hay que beneficiar a los mas y no a los menos por mucho que ello pese a quien pese. Gracias por su amable atención.