El parabrisas en los coches, además de protegernos del exterior, es la ventana por la cual el conductor controla todo lo que tiene delante. De ahí la importancia de su buen estado, ya que cualquier deterioro pondría en peligro a todos los que se encuentren dentro del vehículo.

Nacho Martínez, de Autos Martínez, asegura que “la luna es uno de los elementos más importantes en la seguridad activa del vehículo, y su colocación se debe encargar únicamente a profesionales experimentados en el sector del automóvil”.

A las recomendaciones más evidentes, como que estén limpios y sin ningún tipo de marca que nos pueda molestar la visibilidad, suponen una tercera parte del sustento de la carrocería. Si tenemos un vuelco, el hecho de que el parabrisas esté en buen estado asegura que se mantenga la estabilidad dentro del habitáculo y no se aplaste.

La misma razón es la que hace importante que se mantengan en buen estado los techos solares y el resto de ventanillas. Los cristales para automóvil han evolucionado mucho en los últimos años y cada vez son más resistentes, pero aun así hay que tener vigilar que estén en condiciones.

El cristal laminado es tan resistente porque alterna capas de cristal con un material, el polivinilo butiral (PVB), que confiere al vidrio una extraordinaria resistencia. Por eso es tan importante que esté en condiciones, ya que hay estudios que indican que un pequeño desperfecto puede rebajar la resistencia hasta en un 70%.

La clave está también en otro punto: la sujeción a la carrocería. Como explican en Autos Martínez, “solamente una luna bien instalada asegura su resistencia y su durabilidad”.

Además, hay que cuidar la zona de la carrocería que está en contacto con el cristal. Si las gomas no están convenientemente colocadas y selladas, en poco tiempo podemos ver cómo desde este punto ataca la corrosión en el vehículo.