Justo un 31 de octubre de 2011, hace tres años se abría al tráfico el último tramo de la esperada durante años, por no decir décadas, autovía central.

El 30 de octubre acudía el entonces ministro de fomento Pepe Blanco a inaugurarla oficialmente y al día siguiente pasaban los primeros coches.

Las obras de este último tramo de la autovía central, el del Barranc de la Batalla contaron con hasta 250 trabajadores durante cuatro años, de ellos solo cinco fueron de nuestra ciudad.

Uno de ellos, Luis Climent, ha querido explicar sus recuerdos de aquellos tres años de trabajo en la sección de topografía como peón aunque su formación es de ingeniero textil.

De los cuatro años, él estuvo los últimos tres. Luis recuerda sobre todo "el frío de muchos días de trabajo y las corrientes de aire". Nos habla de datos como que "los túneles que se construyeron tienen 600 metros el primero de Alcoy a Alicante y 900 metros el segundo, mientras que el puente construido tiene 70 metros hasta los fundamentos".

Las obras fueron realizadas por una UTE formada por Ferrovial y Hormigones Martínez. Climent explica que "los túneles se realizaron con explosiones controladas y se tapó uno de los túneles de la Via Verda que pasa por encima para que no se viese afectado por estas explosiones".

También destaca el hecho curioso de "los murciélagos de la Cova Juliana, proyecto que llegó a costar hasta nueve millones de euros aunque estaba presupuestado en seis".

Recuerda que "durante las obras se encontraron numerosas grutas e incluso algunas necesitaron de cien camiones de piedra y treinta de cemento para poder taparlas".

Por último añade que "los puentes están preparados para aguantar un terremoto de hasta 6’6 en la escala de Ritcher mientras que las piezas centrales pesan 90 toneladas y las ‘pequeñas’ 30". En concreto en la actualidad nos comenta "que pasan 22.000 vehículos al año".