Posiblemente, uno de los elementos más importantes de nuestro vehículo sean los frenos. No sólo permiten una buena conducción, sino que son decisivos en caso de accidente, llegando a evitar colisiones e incluso a salvar nuestra vida. Por este motivo, es más que necesario su buen estado y que funcionen correctamente.

Los frenos forman parte del 'Triángulo de seguridad' junto a los neumáticos y los amortiguadores. Un mantenimiento regular de las pastillas de frenos nos permitirá alargar la duración de los discos de freno. Así evitaremos la pérdida de control del automóvil en caso de frenada brusca.

Es aconsejable controlar las pastilla de freno cada 20.000 km o cada dos años. El líquido de frenos debe ser cambiado cada 120.000 km o tres años. A todo esto se le suma el control de los frenos, pastillas y discos en cada revisión o limpieza.

Revisar el líquido de frenos es un paso sencillo y de vital importancia. Sólo tenemos que hacer una inspección visual al tambor contenedor. El nivel no debe ser ni inferior ni superior a las marcas. 'Si al hacer el análisis notamos carencias la mejor opción no es rellenarlo, sino cambiarlo por completo y purgar el sistema, para evitar mezclas y contaminaciones' nos cuenta Nacho Martínez añadiendo que 'el producto que utilicemos debe ser el recomendado por el mecánico especialista, que nos aconsejará en función de la marca, modelo y el uso de nuestro coche'.

En Autos Martínez también nos explican como revisar las pastillas y el disco de freno, ubicados detrás de las ruedas. Con una linterna, observaremos si hay desperfecto o deterioro excesivo, así como un buen contacto. 'Si su estado no s optimo es recomendable acudir al taller y cambiarlos cuantos antes'.