El Bulevar de los sueños rotos
Artículo de opinión de Salva Pérez.
“El Ayuntamiento tendrá que pagar 4,3 millones de euros a Ortiz por rescindir el contrato del bulevar”. Cuando leí este titular en los medios de comunicación no daba crédito. En ese instante mi cerebro pasó automáticamente a estado de hibernación y tuve que resetear. De nuevo, leí el titular, pinché sobre él y se abrió en otra ventana la noticia completa. Por cada frase leída los ojos se me abrían más. Era tan grande la incredulidad que levanté la cabeza varias veces para demostrarme a mí mismo que no era un sueño. Al final todo acabó en un pequeño estado de irritación. Pero los políticos tienen la capacidad, con su palabrería, de hacer que un ciudadano irritado monte en cólera en cuestión de segundos.
Esto me ocurrió horas más tarde al leer como los ediles del anterior gobierno intercambiaban acusaciones y, los actuales, tiraban balones fuera. Pero las palabras del actual lider de la oposición me hicieron que por las orejas me saliera humo, los ojos se me salieran de sus órbitas y aumentara mi ritmo cardíaco hasta límites insospechados: “ Vamos ha hacer un cronograma de lo sucedido, identificar a todos los responsables y analizar con detalle todas las decisiones tomadas, con el objetivo de mostrar a los alcoyanos qué ha pasado con este tema”.
Qué ha pasado con este tema no hace falta que lo muestre nadie porque salta a la vista; se ha construido un injerto de glorieta que para hacer un cambio de sentido tienes que estudiar un máster; donde debía haber zona verde hay hierbas secas y suciedad con el consiguiente peligro de incendio; y un puente que parece más una pasarela remendada.
Con respecto a identificar a los responsables, están totalmente identificados; aquellos que aprobaron y firmaron la ejecución del proyecto. Y aquí es donde viene la pregunta del millón ¿El señor Sedano y todo su séquito anterior, van a pagar los 4,3 millones? La respuesta es tan obvia como absurda la pregunta. La responsabilidad del anterior alcalde y su gobierno es meramente política, esto es, dimitir. Pero con su dimisión sólo depurarían responsabilidades políticas que no económicas.
Quien va realizar el pago de la sentencia vamos a ser los de siempre; el ciudadano que paga su impuesto de circulación y conduce su vehículo por calles bacheadas, mal señalizadas y con escasa señalización; el ciudadano que paga casi 90 euros de impuesto de basura y ve como los contenedores están sucios, mal olientes, el suelo pegajoso y todo ello hace que ir a tirar la basura se convierta en una auténtica odisea; pagará la deuda el contribuyente alcoyano que, al principio de la pasada legislatura, le subieron el IBI alegando la herencia del anterior gobierno. Por consiguiente, seguirá pagando el mismo IBI porque la herencia del PP suma y sigue; los 4,3 millones saldrán del precario sueldo de los trabajadores que sistemáticamente pagan sus impuestos y ven como los parques naturales, de los que tanto alardean en la regidoría de medio ambiente, están con falta de limpieza y cuidado.
Para ser justos, cuando se identifiquen a los responsables, esa millonada se tendría que dividir entre ellos y no entre los menos de 60.000 habitantes de la ciudad.
Esto tendría que servir de escarmiento a los futuros inquilinos del sillón principal del consistorio. Vivimos en Alcoy. Esto no es Londres para tener un bulevar tipo “Soho”, no es París para tener unos Campos Eliseos, no somos ni Barcelona ni Madrid para tener una Rambla o un Paseo de la Castellana; esto señores, es Alcoy. Una ciudad que antaño albergaba el Banco de España y nada hicimos por mantenerlo. Era una de las principales ciudades industriales del país y nada se hizo para conservar esa industria. Ahora, pretendemos tener un Bulevar, la ciudad deportiva del Alcoyano, ser una “Smart City” cuando la ciudad se nos cae a trozos; la calle Calderón lleva cuatro años cortada al tráfico, en la calle Beniata un carril cortado desde hace meses por desprendimientos de una antigua fábrica.
No es que no esté de acuerdo en realizar todos esos proyectos, simplemente que realizando pequeñas cosas se puede hacer una gran ciudad: “Menos es más”. Y si continuamos pensando a lo grande y con ambición, con el transcurso de los años nos veremos paseando: “ Por el bulevar de los sueños rotos”.
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