Estoy con el primer café de la mañana y hoy sábado, mi corazón, taquicárdico de por sí, late en cierto modo al compás de “La Marsellesa”. 127 muertos y más de 200 heridos.

Miro mi Facebook y veo como varios compañeros comentan, no sin cierto cinismo, que hoy todos somos en parte franceses, pero que muchos no sabríamos situar a Beirut en el mapa, por ejemplo. Siendo objetivo, no les falta razón.

Un humano es un humano independientemente de nacionalidad y un muerto es un muerto, independientemente de dónde caiga su cuerpo inerte.

Pero no lo somos, no somos objetivos. El ser humano, por naturaleza intrínseca establece lazos familiares y, camiones de fresas volcados a parte, sentimos a los franceses, a los europeos en definitiva, como hermanos.

Sigo mirando en mi facebook y sólo veo dolor, rabia, ira (me preocupa mucho la ira) y al final de todo esto, impotencia. Muchos no podemos ponerle cara al ISIS, no podemos ver la cabeza visible de éste grupo terrorista que parece estar por todas partes, incluso los más avispados dicen que se disfrazan de refugiados, quién sabe, tal vez Alan Kurdi fuese uno de ellos (para quienes no lo recuerden, era el niño ahogado en las costas de Siria).

Sin embargo, tan solo debemos mantener la cabeza fría, respirar e investigar un poco. Quiénes son ISIS, qué propósito tienen y de dónde sacan el dinero suficiente para mantener una estructura que parece ser se expande como un virus.

Sinceramente, no voy a ser yo quien intente daros todos los detalles, no soy una persona lo suficientemente informada para tratar un tema que merece ser explicado minuciosamente y con un rigor de alto calibre.

Sin embargo, sí puedo deciros que hay muchísimos indicios que (la palabra sospechar se queda corta) apuntan a que países como Arabia Saudita, Catar, Kuwait, Emiratos Árabes Unidos entre otros, son los principales financiadores tanto morales como económicos de lo que se conoce ya como Estado Islámico (y por favor, no es un sinónimo de religión islámica).

Ahora bien, sumándome a esa impotencia que hoy inunda mi Facebook, mientras acabo mi primer café y pienso en el segundo, me planteo la idea de “¿Qué puedo hacer yo?” “¿qué responsabilidad tengo en todo esto?”.

Aparentemente nada, pero por un momento me viene a la mente una fecha, 20D. No quiero politizar con los 127 muertos y más de 200 heridos parisinos pero lamentablemente para una persona soñadora como yo, todo es política y en política, reiterando la palabra “lamentablemente”, todo es economía.

Hace unos días el periódico El Español, sacaba un artículo en el que anunciaba que España triplicaría la venta de armas con países como Arabia Saudita. Me cuesta pensar que un gobierno no está al tanto de con quién hace negocios.

Y sí, un gobierno puede tomar estas decisiones ya que el poder le ha venido dado en unas urnas. 20D. En vísperas navideñas, me da miedo pensar que pocos nos acordaremos de los 127 muertos y más de 200 heridos de esta pasada noche. Un 11M de 2004, Europa lloraba por nosotros y nosotros condenamos los hechos en unas urnas.

Hoy todo sigue igual y los gobernantes de occidente tienen un código ético y moral que se mide en transacciones económicas, pero nosotros no. Nosotros vivimos nuestro día a día basado en unos principios más férreos, más éticos, más humanos. En días como hoy, esos principios son los que aportan luz a este mundo que parece, va a la deriva. El 20D estaré dispuesto a escuchar qué opináis al respecto.