El Gobierno está estudiando cual podría ser el uso para la planta de transferencia de residuos, ubicada en El Clérigo, que lleva cerrada desde verano del 2013.

El concejal de Medio Ambiente, Jordi Martínez, ha explicado que tienen la idea de que la planta pase a tener un carácter de reciclaje, como un gran ecoparque, en lugar de una planta de transferencia.

De este modo su uso seguiría vinculada a la eliminación de residuos pero con una actividad que generaría menos molestias.

Martínez ha explicado que se ha mantenido una reunión con Vaersa, la empresa que depende de la Generalitat y que debería gestionar la planta y que han recibido la máxima colaboración por su parte.

Aún así, el concejal ha recordado que “si bien está ubicada en nuestro término municipal, la planta pertenece al Consorcio para la eliminación de Residuos del que forman parte varias poblaciones de la zona, por lo que deberíamos decir su futuro uso entre todos. Sopesar las probabilidades y elegir la más conveniente”.

La planta de transferencia de residuos en El Clérigo se inauguró en 1998 y desde entonces ha tenido un rosario de denuncias judiciales y quejas vecinales –se encuentra ubicada a solo unos metros, 700, del instituto Pare Vitòria cuando debería estar a 2.000  del casco urbano.

Los vecinos tienen una docena de sentencias a su favor, declarando ilegal la planta de transferencia. En junio de 2013 se decretó el cierre, debido a una decisión del Tribunal Supremo.

Si bien ha habido un cambio de legislación, la planta sigue sin poder legalizarse y que esté cerrada supone un gran coste para el servicio de transporte de residuos que han de ser transportados para ser eliminados a Xixona o Villena.