¡Más madera!
Artículo de opinión de Salva Pérez.
Desde que la legislatura dio comienzo al gobierno municipal le crecen los enanos por momentos. No ha tenido ni una sola semana de tranquilidad. Cuando todo parece que va a transcurrir sin sobresaltos ¡zas! Cambian las tornas como cambia el tiempo.
Si no tiene suficiente quebradero de cabeza con los casos de Serelles, Bulevard y Rosaleda, ahora se le suma un golpe más de la Carrasca — que no es ese árbol abundante en uno de nuestros parques naturales, sino una “colla” ecologista que a base de golpe de sentencias está destruyendo el castillo de naipes construido por el gobierno de Sedano—. Pues, resulta que parte del MacDonalds es ilegal. Palabra que se ha podido escuchar en los últimos días. Días en los cuales el señor Francés pensaba que iba a tener cierta calma e incluso colgarse una medalla por el traslado de los juzgados al edificio Mare de Déu. Pero ¡Mare de Déu la que se ha liado! El grupo Guanyar Alcoi tira de hemeroteca y recuerda palabras del alcalde en Pleno de hace unos años, respecto a la ilegalidad del edificio. A la batalla se une Compromís recriminando al edil por regalar el edificio cual Reyes Magos en la noche de enero. Y, para a vivar el fuego metiendo más madera, el PP se siente preocupado porque continua cerrado el Centro de Enfermos Mentales.
Entre plato y plato de este menú político aparece uno llamado VioGen — No piense el lector que es el nombre de un medicamento que cura todos los males, ni el nombre de una pócima mágica para solucionar los problemas de la ciudad—. Es un sistema para luchar contra la violencia de género al que Alcoy se ha incorporado para combatir esta lacra. También nos sirven un plato sobre la nueva aplicación y página web “Línea Verde” la cual esperemos sea más productiva y efectiva que la anterior. Estos platos han pasado casi inadvertidos aún siendo algo positivo para el bienestar social.
Y, como en todo buen menú, se presenta el plato estrella: citación del Tribunal de Cuentas para toda la plana mayor del anterior gobierno del PP por el caso del Teatro Calderón. Caso tan irrisorio que se asemeja a una película de los hermanos Marx — Los hermanos Marx van al Oeste—. En concreto, dos escenas: aquella en la que Groucho intenta timar a Garpo y Chico y terminan timándose mutuamente. Y la famosa escena que desmantelan el tren para alcanzar a los malos.
Mientras todo esto ocurre en el consistorio municipal, la ciudad pierde habitantes, negocios, suelo industrial, servicios y un muy largo etcétera y, con ello, está perdiendo su identidad.
Sólo cabe esperar que por apresar a los malos la ciudad no quede como el tren de los hermanos Marx al grito de: ¡Es la guerra! ¡Traed madera!


















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