Pasarela de moda en el hospital
Artículo de opinión de Salva Pérez.
La moda es esa costumbre que durante un tiempo determinado es popular en un cierto país. Todo empieza como algo insignificante y poco a poco, como la lava de un volcán, explota y toda persona viviente tiene el mismo artilugio, el mismo juego, el mismo smartphone... Por allí donde miras ves a todos los niños jugando con peonzas, calzando zapatillas con ruedas, adolescentes con el mismo móvil, adultos con las misma ropa porque el suéter, camisa, pantalón, bañador, chanclas... se han puesto de moda.
Un segundo significado de moda habla del conjunto de la vestimenta y los adornos. Vestidos y complementos que mujeres y hombres presentan desfilando por un pasillo estrecho y algo elevado mientras son contemplados al pasar. En el mundo existen diferentes pasarelas de moda. Algunas de ellas muy importantes: Londres, Nueva York, Madrid, Barcelona... Para poder desfilar en dichas pasarelas las modelos tienen que cumplir ciertos requisitos. Uno de ellos, es el peso que se exige a las modelos, el cual en ocasiones es tan reducido que prácticamente se puede calificar de anorexia. Por ello, se ha debatido en numerosas ocasiones sobre el peso ideal de las modelos. Incluso ha aparecido la palabra dignidad por presentar a las modelos públicamente con ese aspecto.
Pues bien, en nuestra ciudad, sin saberlo, tenemos una pasarela de moda. Todos los días desfilan modelos por ella. Pero esta pasarela no sale en las revistas de moda. Aquello que diferencia nuestra pasarela no es la ropa que lleva la modelo, ni el peso que se le exige para desfilar, ya que la ropa es siempre la misma y el peso es variable de un/a modelo a otro. Otra diferencia son los complementos. En las pasarelas de moda los complementos suelen ser bolsos, collares, zapatos... En la pasarela del hospital son tubos, vías y aparatos para medir el ritmo cardíaco y la saturación de oxígeno.
La pasarela de moda del hospital no es estrecha ni está elevada y el recorrido es más bien de unos pocos metros; desde el ascensor hasta la puerta de la zona quirúrgica. Pero la sala de espera suele estar llena de gente: familiares esperando la entrada al quirófano del paciente, y a estos se le suman los familiares de la zona de maternidad. En ocasiones, el celador tiene que pedir permiso para poder pasar. El desfile no es nada agradable y mucho menos del gusto de los familiares que ven como su enfermo es el centro de todas las miradas durante unos minutos.
En dicha sala de espera se puede ver un cuadro colgado con los derechos del paciente. El primero de ellos dice: “Derecho a la dignidad”. Para un paciente que va a ser intervenido o ha sido intervenido de manera rutinaria puede ser aceptablemente digno desfilar por la pasarela del hospital. Pero para un enfermo que viene de urgencia o sale del quirófano para ser ingresado en la UCI, entubado, con aparatos de medición y unas cuantas bolsas colgadas sobre la cama, no es nada digno y mucho menos respetable para la familia.
Hace unos días la consellera de Sanidad visitó el hospital y anunció que se iba a invertir una cantidad importante para la mejora del hospital. No estaría de más que una mejora fuese el acceso a la zona quirúrgica para que los pacientes accedan de forma digna a dicha zona sin tener que desfilar como si de una pasarela de moda se tratara. Un acceso que cuide la honorabilidad del paciente y el respeto de los familiares. Un acceso sin desfilar por la pasarela de moda del hospital.
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