Un programa delicado, sutil, elegante, propio para una noche de inicios de julio en el entorno mágico de Masía La Mota.

Estaba previsto que Ignacio Palmer ofreciese su recital en la Terraza del Restaurante Masía La Mota, pero un par de tormentas de verano a media tarde aconsejaron pasar al salón La Almazara del restaurante, anexo al Hotel con Encanto.

Allí, dividido en dos partes para que la guitarra pudiese ceder encanto a la gastronomía, el concierto inundó la estancia con obras de Tárrega, Malalts, Barrios o Narciso Yepes, creando una perfecta armonía entre las notas y las vistas a la Font Roja desde los ventanales del comedor.

Ignacio Palmer ha repetido experiencia en Masía La Mota y asegura que volverá. Un par de recuerdos a su abuelo, el maestro José Luis González, le ha conferido a la cita ese carácter verdadero que solamente poseen los recuerdos. Tras los postres, los bises, o al revés. Conversación, paisaje y más música en una cita que se va consolidando.