El tubo de fibrocemento que apareció en el puente de San Jordi, junto a la acera, ha quedado enterrado bajo una capa de hormigón.

Esta es la decisión que han tomado empresa y Ayuntamiento tras conocer la existencia de este elemento potencialmente peligroso que ha visto la luz en el transcurso de las obras de reparación de la plataforma del viaducto. La Concejalía de Obras ha asegurado que entre las opciones de actuación con los elementos que contienen amianto está la de cubrirlos de nuevo sin que el personal de obra los manipule.

En caso contrario, se debe retirar utilizando un complejo protocolo que sin duda hubiese retrasado las obras. De esta forma no hay que preocuparse del amianto si no queda al descubierto en algún tipo de intervención o próxima obra. La peligrosidad del asbesto, el mineral que forma el amianto, está en las fibras microscópicas de las que está formado, que pueden permanecer en suspensión en el aire y representar un riesgo respiratorio. De todas formas, falta todavía confirmar si esta cañería contenía amianto, aspecto sobre el que los responsables municipales todavía no se han pronunciado, al menos de manera pública.

El Ayuntamiento ha asegurado que la dirección de obra no contempla “retraso significativo” en los plazos de ejecución.