El Ayuntamiento de Alcoy ha anunciado que para 2018 el tipo de gravamen que aplica al IBI pasará a ser del 1,01 para los inmuebles urbanos.

De esta forma, el coeficiente se reduce, ya que en 2017 ha sido de 1,02. Se continúa de esta forma con la dinámica de reducción de punto por año. Pese a esta disminución y la de los años anteriores, Alcoy continuará aplicando el segundo tipo más alto entre las doce primeras poblaciones de la Comunidad Valenciana. En 2011 era del 1,05.

El tipo de gravamen es la tasa que se multiplica a la base imponible, el valor de un inmueble descontando si hay reducciones, que calcula Hacienda al señalar su valor catastral. Del resultado sale la cantidad a pagar en este impuesto, que tradicionalmente se ha denominado ‘la contribución’. La otra variable que determina el impuesto, el valor catastral, lo calcula el Estado con criterios similares para todo el territorio.

Cada ayuntamiento señala el tipo de gravamen en función de su propia voluntad dentro de unos parámetros, entre los que están si son o no capital, si tienen transporte público o la cantidad de terreno rústico en el término.

Pese a ello, al Ayuntamiento de Alcoy le resulta la presión fiscal del conjunto de impuestos que pagan los alcoyanos, junto al IBI, de 497,35 euros por habitante, inferior en 160 euros a la media estatal. No reconocen, sin embargo, que el Ministerio de Hacienda incluye en el cálculo de presión fiscal la proporción del PIB, es decir, la actividad económica en base a la producción de bienes y servicios.

LA SEGUNDA CON TIPO MÁS ALTO

De entre las doce primeras poblaciones de la Comunidad Valenciana, Alcoy es la segunda localidad con el coeficiente más alto, seguida de Gandía, que aplica el 1,09. Por detrás de Alcoy están Valencia con el 0,80, Castellón que aplica el 0,74 o Elche con un 0,86.

 

Como en los últimos años, buena parte de los ayuntamientos han bajado este tipo. Así, de 2016 a 2017 Alicante ha pasado del 0,69 al 0,66, Torrevieja del 0,44 al 0,42 o Sagunt, del 0,56 al 0,50.