Todo empezó un 23 de abril de 1969. Una fecha señalada para nacer y para recibir el nombre del Patrón.
Además, la casualidad del nacimiento en día importante es generadora de recuerdos. Es para la mayoría fácil recordar las circunstancias del momento en plena Trología. También facilita el primer ahorro, 500 pesetas entonces, en el Monte de Piedad de la mano de la asociación dedicada al santo. La devoción, pues, venía de serie.
Para Jorge Muñoz Rabadán su dedicación al santo es mucho más que coleccionar San Jorges, por muy especiales que sean algunos. Es devoción al mártir que le dio nombre. Al fin y al cabo, como dice el poema, quién no ha soñado nunca con ser un San Jorge que libere a la princesa.
EL SUEÑO
El soldado adolescente
en sus sueños hilvanaba
todos los bellos romances
que de niño le cantaban.
Jinete de corcel de nieve
y ceñido de áureas armas,
Jorge combate, en socorro
de una princesa lejana
en un campos de aventuras
ante una ciudad murada
Marqués de Lozoya






















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