El Cementerio de Alcoy se convierte en estos días en  un lugar de peregrinación de numerosas familias que recuerdan especialmente a sus familiares desaparecidos y lo demuestran llevándoles ramos de flores ante sus lápidas.

Con motivo de la festividad de Todos los Santos, el 1 de noviembre, las personas que ya no están entre nosotros adquieren especial protagonismo y hacemos tiempo para poder subir a hacerles esta visita con esos ramos de flores en la mano o simplemente a recorrer sus calles.

Pero el Cementerio alcoyano es mucho más que un camposanto donde honrar a nuestros seres querido con nuestro silencio y nuestros recuerdos. Esposas, maridos, hijos, abuelos, padres y madres, que en su momento nos dijeron adiós, yacen en este histórico espacio que con los años ha ido creciendo y presentando un mejor aspectos tras varias reformas.

Estos días luce mejor que nunca por los cuidados a los que sometemos cada una de las lápidas, pero buena parte de sus tumbas tienen un valor como obra de arte que poco a poco se está poniendo en valor. El Cementerio San Antonio Abad forma parte de la Ruta Europea de los Cementerios y además se realizan de forma habitual rutas guiadas a cargo de historiadores, bajo el nombre ‘La ciutat dormida’ que en ocasiones son teatralizadas con actores e incluso con la colaboración de grupos de danzas. Todas estas citas cuentan con una gran respuesta de público y muchas de ellas se realizan de forma solidaria para recoger ingresos para entidades sin ánimo de lucro.

Pero además el Cementerio ha sido premiado por dos veces por la revista especializada ‘Adiós’. Primero en 2014 fue como el mejor monumento arquitectónico funerario de España con el panteón de Agustín Gisbert, diseñado por Fernando Cabrera y realizado por el arquitecto Vicente Pascual y el ingeniero José Cort Merita y con el ángel del silencio obra de Lorenzo Ridaura.

Más recientemente la misma revista ‘Adiós Cultural’ ha vuelto a premiar al camposanto alcoyano con el premio a la mejor historia documentada, en la que se explica cómo los restos del cantautor alcoyano Ovidi Montllor acabaron cerca de los de ‘Teresa la loca’, la protagonista de una de sus canciones más conocidas. Ovidi se encuentra en el panteón de alcoyanos ilustres, cerca del pionero del deporte, Eduardo Latorre, por ejemplo, un panteón construido encima del osario general, donde descansan los restos de Teresa.

A su vez se ha logrado la tercera posición dentro de la categoría Mejor Jornada de Puertas Abiertas por la ruta literaria y musical, con actores y danzantes, organizada por el Centre Alcoià d’Estudis Històrics i Arqueològics, CAEHA, con los historiadores Elisa Beneyto y Luis Vidal, al frente, en lo que son las rutas teatralizadas en las que participan la Corporación Musical Primitiva, la Coral Polifónica Alcoyana, el Grup de Danses Sant Jordi con ‘Les danses del Velatori’ y actores como Juan Javier Gisbert, Ricard Sanz, Pepa Puchades o Conxi Domènech entre otros, como se hizo en la reciente Fira Modernista, organizada por la Asociación Samarita a beneficio de Coratge.

Destacan también su zona conocida como las ‘catacumbas’, unas galerías subterráneas que son una auténtica obra de ingeniería, el cementerio viejo, o la pirámide de entrada o cenotafio, así como los panteones exentos del que el de Agustín Gisbert es el más emblemático. El Cementerio data del siglo XIX y es un proyecto del ingeniero Enrique Vilaplana. Hace unos pocos años se ha incorporado un servicio de incineración.