Que si engorda, que si hace caer los dientes, que si es una bomba de azúcar… Tanto que si, que si, pero ¿nadie se para a enumerar los aspectos positivos del turrón? Que si contiene proteínas, que si lleva ácidos grasos esenciales, que si una Navidad sin ese sabor tan característico no sería igual…

Está claro que el abuso excesivo puede ser negativo para la salud, pero no solo el del turrón. Abusar de todo en esta vida, gastronómicamente hablando, puede repercutir en aspectos nocivos. En su medida justa, casi todo es bueno, incluido el turrón.

En Pastamanía recalcan que el turrón es un imprescindible de la mesa en nuestra Navidad y más en la zona en la que nos encontramos. En postres casa perfectamente, pero también se empieza a utilizar cada vez más en entrantes y creaciones culinarias exquisitas. Además, como dulce típico es la estrella de la sobremesa.

Las calorías del turrón no son vacías. Las proteínas que aportan los huevos y almendras son esenciales y los aminoácidos que el cuerpo necesita tienen un alto valor biológico. Si quieres aumentar masa muscular, el turrón es un alimento que casa a la perfección.

Los ácidos grasos esenciales son similares a los que aporta el aceite de oliva. Como no, la energía que da comer turrón es buena gracias al azúcar y la miel, pero para no acumularla en forma de grasa hay que hacer ejercicio.

En Pastamanía hacen hincapié en la manera artesanal de hacer el turrón. Como todo alimento, si se hace de esta forma adquiere un valor adicional, más allá de los nutrientes y aspectos positivos que se puedan sacar de ellos. Además, ¿qué sería la Navidad sin un buen turrón en la mesa?