Frío, calor, frío, calor... Entre tanto cambio de temperaturas es normal que nuestras defensas estén un poco - o mucho - más bajas. El caso es que el cambio de estación es un momento delicado para nuestra salud, ya que los cambios térmicos y la humedad en el ambiente suponen un gran desgaste para nuestras defensas. Por este mismo motivo es conveniente que seamos conscientes de productos en nuestra alimentación que pueden ayudar a reforzar nuestras defensas y La Finca Ecológica quiere destacar dos de ellos: la equinacea y el shiitake.

La equinacea es una planta cuyos principios activos preparan nuestro organismo para la llegada de agentes infecciosos. Lo hacen aumentando nuestra cantidad de glóbulos blancos, los encargados de defender nuestro cuerpo. Este mismo alimento, estimula la producción de células T y el Interferón, la proteína que estimula el sistema inmunológico.

Todo esto lleva a la equinacea a ser considerada uno de los mejores bactericidas y antivíricos naturales que existen. Además, no solo ayuda a prevenir enfermedades sino que, en caso de haber contraído alguna, ayuda a tratarla y a acortar el periodo en el que estás convaleciente. Ayuda, pues, a tratar la gripe, los hongos vaginales, los herpes y mucho más. Es recomendable ingerirla en extracto o solución líquida ya que se asimila mejor y es más eficaz.

Por otro lado, están los hongos. Aunque la mayoría son interesantes y pueden servir de ayuda, el shiitake y el reishi son los más adecuados para ayudar a nuestro sistema inmunológico. Estos, son inmunomoduladores e inmunoestimulantes, es decir, que mejoran y refuerzan la respuesta de nuestro organismo frente a diferentes infecciones. Por si fuera poco, también son antioxidantes y antitumorales.

Estos hongos son recomendados, además, para la recuperación del organismo tras tratamientos muy fuertes como vendrían a ser la quimioterapia y la radioterapia. En Finca Ecológica recuerdan que depuran el organismo de los tratamientos medicinales agresivos por lo que, no es muy difícil imaginar lo mucho que pueden ayudar a enfermedades mucho más sencillas como, por ejemplo, la gripe.