El ajo es un alimento de sobras conocido. Especialmente utilizado para condimentar las comidas y dar ese toque de sabor que pocos alimentos consiguen dar, sus funciones no acaban ahí. A parte de eso, esta hortaliza tiene unas propiedades muy beneficiosas para el organismo y Finca Ecológica las expone.

Ya a lo largo de la historia en Nepal, Asia Oriental y el Medio Oriente, el ajo se utilizaba para tratar la tuberculosis, los cólicos, la bronquitis y la hipertensión entre otras muchas enfermedades más. A día de hoy, gracias a la ciencia, se ha comprobado que uno de los componentes de el ajo, el sulfuro de dialilo, es hasta 100 veces más eficaz que algunos antibióticos conocidas para luchar contra la bacteria Campylobacter. Esta, es una de las bacterias que pueden causar infecciones intestinales.

Por su fuera poco, todavía hay más. Y es que está comprobado que la ingesta de ajo puede disminuir la frecuencia de los resfriados en adultos, aunque no tiene efecto en cuanto a la duración de los síntomas. El ajo también tiene antioxidantes que ayudan a proteger el cuerpo de la oxidación. Su consumo se recomienda a veces en ayunas, ya que puede potenciar sus beneficios.

Sus propiedades son muy variadas. Contiene altos niveles nutricionales y alrededor del 30 % de su contenido son hidratos de carbono. Otro 6 % son proteínas, también contiene vitaminas del grupo B y C, fibra y minerales como por ejemplo: calcio, fósforo, manganeso y hierro. Contiene también alicina, un compuesto de azufre que se utiliza por sus propiedades medicinales. Esta se libera cuando el ajo se pica, se machaca o se mastica.

Los componentes del ajo hacen que sea un excelente antibiótico, antiviral y un ideal estimulante del sistema inmunitario. Incluso, en según qué ocasiones, puede ser tan efectivo como la penicilina y la tetraciclina. Además, Finca Ecológica recuerda que desde el punto de vista inmunitario, su consumo durante el embarazo es de gran ayuda al momento de prevenir las infecciones microbianas.