
Hacer una proyección de resultados no es más que un ejercicio de análisis que no va más allá, puesto que la motivación de los votantes en unas elecciones Generales es distinta a la de las Municipales, sin contar con la diversidad de las formaciones presentadas.
En todo caso, a poco menos de un mes de las votaciones para configurar los ayuntamientos, es interesante saber qué hubiese pasado si este domingo las papeletas que hemos metido en las urnas hubiesen elegido concejales. El voto al candidato conocido, la propia gestión cercana y el distinto enfoque de las campañas podrán, sin duda, hacer que muchos electores modifiquen su decisión en un entorno de participación alta, como suele producirse en Alcoy.
Un concejal más conseguirían los socialistas alcoyanos. De esta forma, Francés podría con sus diez regidores renovar sin demasiados problemas su responsabilidad al frente de la ciudad, si es que decidiera continuar con la fórmula de gobierno monocolor en minoría. Además, podría continuar alternando los apoyos a sus propuestas entre fuerzas políticas a su derecha o a su izquierda.
La separación producida en el seno de los actuales miembros de Guanyar Alcoi, del que se escinden los miembros de Podem, dificulta esta reflexión. No podemos proyectar cuántos concejales de los cinco que otorgan a cada partido los datos de las Generales ni tampoco es posible saber cómo afecta este hecho en la voluntad de los votantes. Se quedarían igual, pero los de la formación de unidad popular no van a ir juntos y esto puede afectar al reparto de concejales.
Ciudadanos quedaría igual, cuatro regidores, pese a la guerra producida tras la decisión de la dirección nacional del partido naranja de presentar a la Alcaldía a Rosa García, en contra de la voluntad de la directiva local, que propuso a José Miguel Antolí. Faltaría esperar para saber si los abandonos en Ciudadanos se traducen en papeletas a favor o en contra en las urnas.
El PP quedaría igual, cuatro concejales, tras su fracaso de 2015 y el intento de encontrar candidato alternativo más allá de la casa de la gaviota. Quedarían fuera los dos actuales concejales que se presentan, Amalia Payá y Eduardo Tormo. Será interesante comprobar si la estrategia del PP local consigue reflotar la formación y si las personas pesan más o menos que las siglas.
La aparición de Vox, con dos concejales en el Salón de Plenos y casi un 10% de los votos, junto al hundimiento de Compromís, solo un regidor, son los dos últimos elementos a analizar. La marca de extrema derecha todavía debe demostrar cómo va a traducir su discurso nacional al discurso local, en el que el tráfico afecta más que las fronteras y las molestias de las obras centran las discusiones antes que la unidad de España.
Respecto a Compromís nos encontramos con el caso contrario. Pese a la valoración de Baldoví como diputado, la circunstancia de la política nacional ha podido llevar algunos votos de la formación valencianista a otras formaciones, cuestión que quizás sea distinta en las locales. En esta proyección quedaría fuera del Consistorio.
En un mes, la resolución. Quizás valga la pena a esperas. Sin duda, las formaciones políticas estarán ahora realizando análisis similares, incluso con las variaciones producidas en los barrios. El 26 de mayo sabremos si votamos en clave distinta según la institución a dirigir.























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