El ahorro que a lo largo de la vida hacemos para adquirir nuestra vivienda puede convertirse en una forma de obtener un rendimiento económico mientras continuamos viviendo en ella. El perfil de personas que pueden utilizar las distintas fórmulas financieras que ofrece el mercado es el de jubilados que quieren suplementar su pensión.

Hemos invitado a Entrevistes 66 a la abogada Laia Santamaría para que nos explique cuáles son los distintos productos y, sobre todo, qué implica para propietarios y herederos. Ante todo, como suele recalcar la abogada, siempre debemos informarnos bien. Hay tres opciones, la Nuda Propiedad, la Renta Vitalicia y la Hipoteca Inversa. Aunque el bien inmueble sea el origen de la financiación que vamos a obtener, hay diferencias significativas.

La Nuda Propiedad implica que vendemos la vivienda, recibimos el valor pactado y quedamos como usufructuarios de la misma. Cuando fallezcamos, la empresa que nos ha comprado la casa se la queda sin más consecuencias.

Con la Renta Vitalicia obtenemos una cantidad periódica durante un tiempo pactado. Continuamos viviendo en nuestra casa y en caso de fallecimiento anterior se hace un cálculo.

Por último, la Hipoteca Inversa supone que la entidad financiera nos paga una cantidad al mes, pero al fallecer los propietarios iniciales, sus herederos deben acordar si devolver esas cantidades y quedarse con la vivienda o bien entregarla.

Laia Santamaría lo explica mucho mejor en la entrevista.