Imagina cómo se debe sentir un pequeño cachorro, con poco tiempo de vida, que llega a su primer donde todo es nuevo. Ese torbellino de emociones de la mascota hay que canalizarlas, corregir su conducta, enseñarle pautas y que crezca sabiendo qué puede hacer y qué no. Todo ello pasa primero por una buena formación para el dueño.

Si quien tenga que cuidarlo y vivir con él no sabe cómo llevar a cabo su educación, el primer paso será transmitirle al perro confianza. Mucha confianza. Al fin y al cabo se tiene que sentir como en su casa, ya que pasa a ser un miembro más de ella. Es importante tener una actitud positiva ante todo lo que haga y saber que no deja de ser un niño con un cuarto lleno de juguetes nuevos.

Es probable que si un cachorro llega a su nuevo hogar, quiera saber qué hay en él y necesite explorar todos los espacios. No es momento de reñirle si toca algo que no debe o se orina en algún rincón. Son reacciones a la adaptación a un sitio distinto y ya habrá tiempo de corregir conductas. En la Escuela Canina Nadog señalan que “la impaciencia no es productiva y a largo plazo una mala reacción con el cachorro puede ser peor”.

Una buena formación del dueña hace que este adquiera capacidad para saber cuándo hay que reforzar positivamente al cachorro con un premio, en qué momento hay que dejarle descansar después de jugar o qué elementos se pueden dejar a su alcance en casa y cuáles no. Por supuesto, la persona debe saber también que pasear al perro es una de las mejores decisiones para que su crecimiento sea correcto y su conducta ejemplar y eso empieza desde que son unos bebés.

La formación del dueño repercute en la educación de la mascota. Por eso, enseñarse a esquivar los castigos es la mejor manera de que aparezcan los temores en el can. En la Escuela Canina Nadog recomiendan tener siempre en mente la palabra “positividad”, ya que a través de una enseñanza positiva llegan los mejores resultados para la vida del pequeño cachorro.

Seguir los consejos de un profesional acostumbrado a tratar con todo tipo de perros es esencial para que el día a día con el nuevo miembro de la casa sea normal. Con paciencia, cariño y ganas, cualquier ‘perro bebé’ crecerá sin crear problemas.