Fondos europeos ante la crisis de la Covid-19: Oportunidad y riesgo
Artículo de opinión de Alberto Lorente, presidente de la Delegación Territorial de la Comunidad Valenciana del Colegio de Geógrafos de España
En un momento de necesidad ante la crisis generada por la COVID19, suena con fuerza el mensaje lanzado por Bruselas sobre la disposición de fondos para la recuperación de las economías europeas. Esto supone un llamamiento a la esperanza, pero para los profesionales que nos dedicamos a la gestión de los fondos europeos, supone también un mensaje a analizar con cautela.
Resulta repetitivo oír hablar de los miles de millones que la Unión Europea pone a disposición de sus territorios cada siete años. Del mismo modo resulta repetitivo oír hablar del escaso grado de ejecución de los fondos europeos asignados a nuestro país o a nuestra Comunidad. La Comunidad Valenciana ha sido beneficiaria de estos fondos desde el año 1989 y ello permitió reducir algunos desequilibrios territoriales. Hasta 2006 como región objetivo 1 y tras superar el 75% de media del PIB per cápita europeo, como región más competitiva.
La Unión Europea programa su presupuesto para los fondos europeos cada siete años. El actual periodo de programación ha abarcado desde el 2014 hasta el 2020 (contando con gastos financiables hasta 2022) y el nuevo abarcará el próximo 2021 hasta el 2027. Resulta preocupante, que al igual que sucedió en el periodo 2007-2013, en la actualidad, aproximadamente el 60% de los fondos ya asignados a nuestro país sigan sin gastarse de forma efectiva.
Esto ya ocurrió en el septenio 2007-2013, en el que España contó con una ayuda para el Fondo Europeo de Desarrollo Regional de 23.000 millones de euros y de los cuales, tanto el conjunto del Estado como la Comunidad Valenciana, ejecutaron menos del 70% de la totalidad de los fondos.
El periodo 2014-2020 sigue una dinámica similar. Si bien el periodo que se está ejecutando cuenta con gastos financiables que se extienden hasta diciembre de 2022, vuelve a surgir la preocupación para poder abordar el máximo porcentaje de los fondos asignados, sin tener que renunciar a parte de ellos. Sobre todo, en momentos de tanta necesidad como los actuales. Ante esta situación, las causas que se identifican son, entre otras, la necesidad de co-financiación, retrasos en la burocracia interna, pero además a una necesidad real para la gestión de todo el volumen de los programas operativos.
La Unión Europea vuelve a lanzar un mensaje de esperanza anunciando más de 140.000 millones de euros en fondos para España (de los cuales 72.700 millones serían a fondo perdido), con su nuevo plan “Next Generation” (nueva generación) para superar la crisis de la Covid-19. Ello podría suponer un apoyo financiera clave para la recuperación económica de nuestro país. Pero como hemos visto, su captación no será tarea fácil. Se requerirá de políticas y proyectos alineados con los objetivos y con la hoja de ruta de la Unión Europea y de personal capaz de garantizar la correcta solicitud y gestión de dichos fondos.
Por todo ello, hago un llamamiento hacia una mayor cautela y preocupación por parte de las administraciones públicas en la gestión de fondos europeos, animando a la planificación estratégica, a la contratación o asignación de personal especializado que pueda ayudar en la solicitud y gestión de fondos europeos y del mismo modo, hago un llamamiento a un mayor interés por parte de las Universidades españolas en la formación específica para la gestión de fondos europeos.



















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