La hermosa Fátima ofrece

a Al-Azrach, el gran guerrero,

un casco para el combate

con dos vistosos plumeros.

Y una espléndida gumía,

peculiar de un gran guerrero

que ha de ir muy bien armado

a luchar con su adversario.

Quiere conquistar Alcodiam

con sus tropas sarracenas

y regalarle a su hurí

un harén con veinte almenas.

La hermosura de la hurí,

con su atuendo se incrementa,

y en los desfiles deslumbra

luciendo su vestimenta.

Brazaletes y pulseras

y en su pecho, deslumbrante,

un collar, con las monedas

que le regaló su amante.

Las chirimías no cesan

de interpretar, armoniosas,

las marchas moras, más dulces,

para la hurí más hermosa.

Y cuando empiece el desfile

Fátima le ofrecerá

con las armas, su belleza,

y junto a él marchará.

L’alcoyano admirará,

en el desfile abrileño,

la sultana más hermosa

en unas fiestas de ensueño.

Y Al-Azrach, el victorioso,

a su belleza se rinde

y la lleva en el desfile

pues de ella nunca prescinde.

Y el caudillo sarraceno

monta un brioso caballo

y con sus tropas conquistar

la que será su serrallo.

Y al son de músicas moras

y perfumes imperiales

el serrallo es un harén

de bellezas orientales.

Fátima, la gran sultana,

es la estrella de este harén.

Resplandece más que el Sol

en este idílico edén.

Y cuando Al-Azrach regresa,

del combate ¡victorioso!,

su Fátima le recibe

como a un guerrero glorioso.

Sin suponer, en su idilio,

que en la próxima batalla

Al-Azrach perecerá

delante de la muralla.

Y el alcodiano, esta vez,

derrotará al sarraceno

en la batalla, más cruenta,

con fuego de arcabucero.

Gritando ¡Wali! ¡Wali!,

con Mosén y su guadaña,

derrotarán a los moros

en una feroz batalla.

El Barranc del Sinc se alumbra

al perder la morería.

L’alcodiano la festeja

con gran pompa y alegría.

Guía a este pueblo ¡Wali!

Para que pueda triunfar

al igual que ya lo hiciste

en un combate crucial.

Y como agradecimiento

el alcoyano celebra

las fiestas más suntuosas

que existen sobre la tierra.

Y San Jorge complacido

por esta gran devoción

apoya al pueblo alcoyano

a que cumpla su misión.

Sé digno de este gran pueblo,

trabaja duro paisano,

y pregona en todo el mundo

tu condición de alcoyano.