Las últimas estadísticas detallan que 1 de cada cuatro españoles vive de alquiler, y muchos ya sabemos toda la documentación que hay que preparar cuando queremos acceder a uno. Pero no estamos tan informados cuando somos nosotros los arrendadores y queremos poner nuestra casa en alquiler.

Si ha sido tu vivienda habitual hasta hace poco o tu nuevo inquilino trae muebles propios, puede que te interese conocer más sobre el alquiler de trasteros en Valencia. Por ahora, vamos a empezar por dar algunos detalles y recomendaciones para arrendar una casa en propiedad.

Recomendaciones básicas para alquilar tu vivienda

- Obtén el certificado energético: Esta debe ser uno de tus primeros objetivos, que calificará la vivienda entre las letras G (menor puntuación) y A (máxima puntuación) según su eficiencia energética. Aunque su coste varía entre comunidades, tendrá una vigencia de diez años desde el momento de expedición. Es importante que sepas que la ley actual obliga al anunciante a mostrar esta calificación.

- Consigue una cédula de habitabilidad: Otro de esos puntos imprescindibles. Este documento detalla y certifica que tu inmueble cuenta con todos los requisitos indispensables para vivir en él. Al igual que antes, las Comunidades Autónomas tienen algunos criterios diferentes, infórmate antes de llevar a cabo los trámites pertinentes.

- Redacta un contrato firme: Este será el acuerdo entre tú y tu inquilino. En él se detallarán los derechos y obligaciones de cada uno, las mensualidades, la fianza… Todas las cláusulas que creáis convenientes y con las que ambos estéis de acuerdo. Existen contratos modelos por internet, pero siempre es mejor estar asesorado por un especialista. Aunque no es obligatorio, te recomendamos inscribir este documento en el Registro de la Propiedad para amparar a las dos partes intervinientes.

Establecer alquileres de corta duración

Puede que nuestra intención sea poner en alquiler nuestra vivienda solo durante un tiempo determinado, porque nos traslademos a nuestra segunda residencia durante las vacaciones o cualquier otro motivo. En este caso, al ser un periodo más corto, podemos recurrir a plataformas ya establecidas para el alquiler vacacional. Son sistemas sencillos y muy cómodos para inquilino y arrendador, pero hay algunos puntos a tener en cuenta.

Actualmente, estos alojamientos turísticos están regulados por las Comunidades Autónomas, por lo que existirán unas normas específicas según la región en la que se encuentre tu vivienda. Por ejemplo, en comunidades como Aragón, Cataluña o Madrid no está permitido alquilar una vivienda por menos de cinco días.  En otros lugares de España tendrás que haber inscrito tu vivienda en los registros de actividad turística o simplemente obtener una declaración responsable de alquiler.

Como ves, hay mucha diferencia de un lugar a otro, y las últimas polémicas con los alquileres y su explotación han obligado a modificar diferentes leyes. Por lo tanto, lo que debemos hacer es asegurarnos de informarnos bien en el departamento de Turismo para no infringir ninguna de estas normas.

Cuando hayamos comprobado que todo está en orden con nuestra comunidad, también debemos leer la normativa interna de cualquiera de las plataformas en las que vayamos a inscribir nuestra vivienda. Normalmente no hay nada extraño, pero es importante que sepas los estándares de limpieza, seguridad o privacidad que requieren.

Por ejemplo, en cuanto a los seguros (que ahora hablaremos de ellos), la mayoría de plataformas te exigen tener un seguro de hogar convencional al corriente. Pero, además, te brindan cobertura en caso de algunos inconvenientes y casos concretos a través de sus propias garantías.

Piensa que este tipo de empresas quieren lo mejor para ti y para tu inquilino, por lo que ahorrarte trámites y problemas será de su mayor interés. Aun así, te recomendamos siempre que revises la legislación local y regional antes de publicar tu vivienda en cualquier lugar.

Prevenir un incumplimiento de contrato

Ahora que ya lo tienes todo listo para salir al mercado (ya sea de corta o larga duración), debes saber que puedes enfrentarte a feas situaciones en algunos casos concretos. Por supuesto, no siempre ocurre, pero debemos prepararnos para afrontar cualquier incumplimiento del contrato por parte del inquilino. Demostrarlo no siempre será sencillo, además de demorarnos varios meses en procesos judiciales.

Por lo tanto, es mejor prevenir que curar. Te damos dos grandes consejos para tenerlo todo bien atado desde el primer minuto:

- Sé prudente: Al igual que, cuando compramos un coche o precisamente nos vamos de alquiler a algún sitio, tratamos de buscar lo que mejor se adapte a nuestras necesidades; con nuestro arrendatario debemos estar igual de atentos. Se trata de ceder nuestra propiedad a un desconocido, por lo que un primer paso puede ser mirar en los diferentes ficheros de morosos. Está claro que esto no frenará futuros impagos u otros inconvenientes, pero es una medida que nos pondrá en preaviso frente a los diferentes solicitantes.

- Contrata un buen seguro: Pueden surgir múltiples problemas con nuestro inquilino, así que busca en las diferentes aseguradoras algo que te proteja. Muchos de estos seguros incluyen indemnizaciones por impago, cobertura de recibos de suministros, etc.

Ahora que ya conoces algunas de las pautas para poner en marcha el alquiler de tu vivienda, empieza el proceso para seleccionar al mejor arrendatario. ¡Y no olvides guardar los muebles que tu inquilino no necesite!