A Don Rafael Simó, un maestro excepcional
Poema de Justo Llácer
Mi querido Don Rafael,
que fuiste mi gran maestro,
hoy te quiero agradecer
lo mucho que por mí has hecho.
A mis padres doy las gracias
que me llevaron contigo
y además de gran maestro
eras de ellos muy amigo.
Tú me enseñaste a estudiar
y aprender ciencias y letras,
pero ante todo aprendí
a resolver los problemas.
Por eso en el instituto,
gracias a tu gran labor,
logré los últimos cursos
las Matrículas de Honor.
Fue el densísimo Holzmüller,
de difícil comprensión,
el libro que tú elegiste
que estudié con gran tesón.
Además de gran cultura
me enseñaste a batallar
para hacer frente a la vida
y jamás desalentar.
Con las enseñanzas tuyas
y la ayuda de mi esposa,
¡una excepcional mujer!,
realicé muchas obras.
Me enseñaste a resolver
toda clase de problemas
que sirvió para ingresar
y así estudiar mi carrera.
Y además, siendo ingeniero,
pude afrontar los problemas
y resolver, trabajando,
las situaciones extremas.
Y entre un complejo temario
me dediqué a las aguas
intentando domeñar
con embalses, las riadas.
Ya me han pasado los años
de trabajar con pasión
y ahora, ya jubilado,
solo queda mi ilusión.
No me olvido de mis padres,
a los que debo la vida,
y con su amor y altruismo,
me dieron lo que pedía.



















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