El verano continúa y a demás de las vacaciones, los baños, la temperatura… nos tenemos que centrar mucho en la alimentación. Cambia, porque nuestro cuerpo necesita aportes diferentes debido al clima de la estación. Uno de los pilares es el tipo de frutas que comemos y hoy nos vamos a centrar en el higo.

El higo es una fruta cuya época por excelencia es el verano. Quizás no está tan extendida su ingesta, ya que melones, sandías o melocotones se llevan el mayor protagonismo, pero deberíamos hacerle más caso y comer más de estos dulces frutos.

Para empezar, son una buena fuente de hidratos de carbono. Semejante al plátano, ese que vemos tomar a muchos deportistas durante sus exigentes competiciones. Por lo tanto, la energía que da el higo es necesaria y buena para aguantar durante los calurosos días de agosto.

En La Finca Ecológica, productores y vendedores de todo tipo de frutas y verduras, explican que, además, el aporte de fibra del higo es necesario para mantener una buena salud cardíaca y una correcta digestión. Que disminuyen el estreñimiento al suavizar y agregar volumen a las heces es cuestión de probarlo.

La salud de los órganos es más fuerte con antioxidantes. También el higo los proporciona junto a una buena cantidad de calcio.

Para aquellos que estén haciendo o piensen en hacer dieta, el higo es un buen sustitutivo de los postres copiosos. Los azúcares que aporta esta fruta no son añadidos y pueden ayudar a saciar a cualquiera y a la vez contribuir a que pierda peso.

Mejorar la presión arterial, rejuvenecer la piel, ayudar al sistema cardiovascular o prevenir la diabetes son algunos de los resultados probados de la ingesta regular de higos. ¿Necesitas más para probar a incluirlos en tu día a día veraniego?