La gastronomía italiana es una de las más conocidas en el mundo entero. No solo porque en cualquier rincón del planeta sabrían asociar determinados platos a Italia, sino porque sus elaboraciones se han extendido en la actualidad y se degustan en millones de restaurantes.

Probablemente sea la pizza el plato estrella de origen italiano, pero esta vez vamos a hablar de otro que no se queda corto: los raviolis. Este plato de la cocina mediterránea lo forman unos cuadrados de pasta rellenos en su interior.

La imaginación a la hora de elaborarlos es lo que hace todavía más atractiva esta creación culinaria. Si nos ponemos a pensar de qué se pueden rellenar, podríamos estar horas y horas. La tradición indica que lo habitual de su interior es el queso ricotta, la carne o las espinacas. Pero en pleno siglo XXI, la innovación entre fogones nos ha descubierto nuevas explosiones de sabor.

Es por ello que en Pastamanía hace tiempo que incluyen en su carta raviolis con jamón serrano, con bacon y queso de cabra o la opción vegetariana con pimiento y berenjena en su interior.

Además de su interior, los raviolis van acompañados normalmente de salsa que los recubre. Aquí, las variaciones también permiten ‘jugar’ al chef a la hora de casar a la perfección el interior con el exterior y crear una sinfonía perfecta para el paladar.

Salsas como la napolitana, la boloñesa o la carbonara son las más demandadas, pero también hay opciones donde el protagonismo se centra en las setas, el pesto o una mezcla de quesos distintos.

Se desconoce el origen exacto de los raviolis, pero hay documentos que nombran pastas parecidas que ya se comían en el siglo XII. Si hasta día de hoy ha perdurado su ingesta, es por algo. Además, la forma cuadrada ya no es la única y las variaciones han dado como fruto infinidad de opciones. ¿Comprendes ahora por qué es la pasta hecha para la imaginación? Y de la imaginación a la realidad hay un paso pequeño: o los cocinas tú mismo o pides que te los sirvan bien calientes manos expertas en elaborarlos a diario.