Ahora que llega el frío lo que más apetece es una infusión caliente que, además de mantener nuestra temperatura corporal, ayude a cuidar nuestra salud. El jengibre es el mejor aliado, ya que contiene numerosos beneficios.

El jengibre es una planta con flores proveniente del sudeste asiático. Es una de las especias más saludables del planeta. Pertenece a la familia Zingiberaceae y está estrechamente relacionada con la cúrcuma, el cardamomo y el galangal. La parte que se suele usar como especia es el rizoma, es decir la parte subterránea del tallo o también conocido como raíz de jengibre.

Su largo historial en la medicina tradicional y alternativa le ha ganado una gran reputación. Se ha usado para tratar problemas gripales y digestivos con mucho éxito. Numerosas investigaciones científicas y ensayos clínicos han demostrado las bondades terapéuticas del jengibre (Zingiber officinale). El principal componente químico del jengibre es el gingerol, a este se atribuye sus efectos antiinflamatorios y antioxidantes.

El jengibre se puede consumir fresco, seco, en polvo o como aceite o jugo, se puede tomar en infusión, especias para condimentar algún plato o como las tradicionales galletas navideñas de jengibre. La Finca Ecológica ha incluido este superalimento como parte de su catálogo y se puede encontrar en polvo o fresco.

Este rizoma tiene propiedades antivirales y ayuda a combatir los virus. Además, es de utilidad para dolencias del aparato respiratorio, como infecciones, bronquitis, tos, gripes… Posee propiedades antiinflamatorias y analgésicas, por lo que es perfecto contra la artritis. También, reduce los problemas de piedras o cálculos de riñón. Sus propiedades mejoran la digestión haciendo que sea un buen aliado contra el estómago revuelto y con náuseas y estimula la circulación sanguínea ayudando a prevenir problemas cardíacos.