Todos sabemos que cuando un alimento no entra por los ojos es muy difícil que acabe en nuestra boca. Para ello, necesitamos echar a volar nuestra imaginación y conseguir presentarlo de forma atractiva.

Sobre todo esto ocurre cuando hay niños y es que aunque siempre hay excepciones, por lo general las verduras no son uno de los platos favoritos de los niños. Sin embargo, debemos incluirlas en su dieta por la cantidad de beneficios que aportan.

Para conseguir que coman verduras, muchas familias deben ingeniárselas para dedicar un tiempo a preparar platos bonitos, esconder la verdura entre otros alimentos o buscar nuevas recetas para que se las coman.

Un estudio elaborado en la Universidad de Cornell, sugirió que cambiar el nombre durante varios días a las verduras incrementaba su consumo entre los niños. De este modo, las zanahorias pasaron a ser ‘zanahorias de visión de rayos x’ y el brócoli en ‘brocoli de puño poderoso’.

Aunque hay que reconocer que la opción más rápida y eficaz es esconder las verduras en otros platos, como por ejemplo las croquetas, empanadillas, lasaña, tortilla de patatas, salsa para la pasta y todo lo que se te ocurra.

Pero no siempre es necesario ocultarlas. Hay platos que tal vez sí que les gusten como las brochetas, el brócoli gratinado, setas empanadas, champiñones rellenos u otros alimentos.

Pastamanía contribuye a ello con platos como sus creps de verduras cubiertos de salsa de pimientos. Por lo general los creps gustan a los niños, así que qué mejor forma de rellenarlos que con verduras, así se nutren con un plato que les gusta relleno de algo que les aporta grandes beneficios.