Uno de los aspectos que más definen a las personas es su sonrisa. Pero a veces no la mostramos tal y como nos gustaría, debido a que nos avergonzamos por algún defecto que tenemos en alguno de nuestros dientes. La solución más eficaz es recurrir a la estética dental y más concretamente a las carillas estéticas dentales.

Las carillas estéticas son pequeñas láminas que se colocan sobre la superficie del diente, en la cara externa. Su grosor no excede de 1,5 milímetros y su función es tapar el diente natural.

El objetivo de este tratamiento de estética dental es corregir a la vista el defecto que queremos tapar. Puede ser el color del diente, su forma o incluso su posición, ya que estas carillas camuflan cualquier afección y cambian la sonrisa de quien las lleva.

Los profesionales de la clínica dental Barrachina explican que su adhesión al diente se produce gracias a un producto especial que permite una fijación duradera. De hecho, dependiendo del material de la carilla, la sonrisa resultante puede durar entre 5 a 15 años.

Si estas están hechas de composite, las carillas suelen durar unos 5 años, pero si son de porcelana, el tiempo de vida de las carillas podría alargarse hasta los 15. Como en todo proceso, el cuidado posterior de quien las lleve hará que se alargue más o menos la vida de estas láminas estéticas.

Otro aspecto positivo de este tratamiento es que es personalizado. El profesional odontológico encargado es el que estudia cada caso para diagnosticar la mejor opción para cada persona. Juntos observan cómo quedaría cada solución propuesta, con el fin de escoger la que más se ajuste a la estética perseguida.

Tomar medidas, fotografías, moldes… todo forma parte de lo que será una nueva sonrisa en un futuro próximo, ya que el tratamiento necesita varias fases, pero es relativamente rápido de llevar a cabo. Y todo, para dejar de avergonzarse por una sonrisa que puede ser de las que llamamos ‘de película’.