Los avances tecnológicos en áreas como la ortodoncia han seguido su curso durante los últimos años para ofrecer cada vez mejores productos y soluciones a las personas. En este campo, uno de los revolucionarios progresos ha sido el de la ortodoncia invisible.

Corregir los dientes tiene alternativas a las clásicas del siglo pasado. Esta tecnología invisible permite fabricar alineadores transparentes a medida de cada persona. Para ello, se deben llevar durante todo el día, excepto en los momentos de comer y de lavarse los dientes. De esta manera, el efecto de la ortodoncia invisible hará su efecto.

El profesional ortodoncista indicará al paciente cada cuánto tiempo hay que cambiar estas férulas, ya que esto es lo que va a hacer que los dientes corrijan su posición. Además, el especialista es quien debe valorar e indicar en cada caso la necesidad de la persona, porque en algunas ocasiones puede que se necesite la combinación de técnicas junto a la ortodoncia invisible.

Una de las ventajas más destacables es la ausencia de dolor en el tratamiento. Sentir una molestia temporal al principio es lo normal, pero la sensación desaparece al poco tiempo de llevar estos alineadores.

Otra virtud de esta ortodoncia invisible es su facilidad de quitarlos y ponerlos. A la hora de comer o durante la higiene dental, con un simple gesto se pueden remover o colocar de nuevo, cosa que no sucede con los clásicos ‘brackets’.

Aunque se necesita también revisar periódicamente el tratamiento con el especialista en ortodoncia, el tiempo en el ‘sillón dental’ será menor, debido a que los ajustes se hacen más rápidos que en un sistema de ortodoncia tradicional.

Como explican en la Clínica Dental Barrachina, el avance tecnológico trae consigo otras ventajas extras, como es el poder ver los resultados de cómo quedará una sonrisa una vez termine el tratamiento. Ver una aproximación siempre será positivo para el paciente que esté pensando en utilizar este tipo de ortodoncia.