Estación de tren de Alcoy // Foto: SBGAnte el comunicado de ADIF (Administración de Infraestructuras Ferroviarias) que informa que proyecta una inversión de 150 millones de euros en la mejora integral de la línea Alcoy-Xàtiva y de las declaraciones del alcalde de Alcoy que ha anunciado que las obras podrían licitarse en 2023, la Colla Ecologista La Carrasca-Ecologistes en Acció ha expresado su escepticismo.
El colectivo ecologista ha fundamentado su incredulidad en “la poca prisa que ha tenido ADIF durante la fase de redacción de los proyectos de obras de mejora de la línea, que demuestra un escaso compromiso en la potenciación de nuestro tren”.
La Carrrasca ha asegurado que mientras que el ministro de Fomento anunció en febrero de 2019 la inminente licitación del contrato de redacción de los proyectos de mejora de los tramos Alcoy-Ontinyent y Ontinyent-Xàtiva, “a estas alturas las empresas adjudicatarias todavía no han finalizado y presentado esos proyectos”.
Para el colectivo, la escasa diligencia de ADIF en la hora de llevar a cabo los trámites de la licitación ha supuesto atrasos incomprensibles. “La realidad es que si no se hubiera producido ningún retraso en la redacción de los proyectos, estos podrían haber sido ya en poder de ADIF desde finales de 2020 o primeros meses de 2021, pero el hecho es que no llegarán hasta el tercero y cuarto trimestre de este año”, han apuntado.
Para La Carrasca, esta experiencia no invita al optimismo, "si en la fase de redacción de los proyectos de obras los retrasos han sido escandalosos, la fase de la licitación y ejecución de las obras, mucho más costosa, puede ser todavía peor".
Por eso, han pedido “menos triunfalismo, que suena demasiado a propaganda preelectoral, y más exigir al Ministerio de Transportes que no permita más demoras, ni de ADIF, ni de las empresas adjudicatarias”.
El grupo ecologista ha manifestado que "nada nos gustaría más que equivocarnos y ver las obras en marcha en 2024, pero mucho tendrá que cambiar la actitud del Gobierno español para que esto sea realidad. Sin duda, la presión social puede ayudar a acelerar el proceso, especialmente si los ayuntamientos afectados asumen el tema como una prioridad y reclaman las mejoras que nuestro tren necesita."
Además, han defendido que no se puede posponer más la recuperación de los horarios previos a la pandemia, que consideran que ya eran insuficientes. "No es ni siquiera una mejora, sino recuperarnos de un recorte que ya no tiene ninguna justificación. No se puede permitir que el servicio de tren decaiga más mientras esperamos que llegue esa inversión repetidamente anunciada".

























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