Ahora que parece que empieza a llegar el frío ya empezamos a tener en mente preparar la chimenea para encenderla y disfrutar del acogedor calor, para ello es necesario limpiarla correctamente y eliminar el hollín que da lugar a la creosota, una sustancia altamente combustible. Te contamos cómo limpiar la chimenea con el método tradicional.
El primer paso es proteger los muebles y alrededores de la chimenea para evitar que se ensucie con el hollín. Utiliza plásticos para cubrir frente la chimenea. Una vez realizado este paso, quita los restos de ceniza del interior de la chimenea, para eso se puede utilizar un cepillo o una aspiradora de cenizas.
Una vez hecho, sella el frente de la chimenea con plásticos. Deja una abertura en el centro para poder introducir el cepillo y sellarlo de nuevo. Con el cepillo de deshollinador desprende los residuos del tubo. Rasca con cuidado para que caiga toda la suciedad acumulada. Cuando hayas terminado, saca el cepillo y retira los plásticos con cuidado.
Recoge los restos, de nuevo puedes usar un cepillo para barrer o una aspiradora de cenizas. Una vez se han eliminado todos los restos de ceniza, limpia la embocadura y la base de la chimenea. Recuerda limpiar también el cristal para poder ver la llama quemando madera mientras disfrutas del calorcito de la chimenea.
Según los expertos, el nivel de dificultad es medio. Aunque si ves que no tienes tiempo o no te atreves a limpiarlo por ti solo, siempre puedes ir a Chimeneas Sirvent y concertar una cita con ellos para que sus profesionales se encarguen de dejarla lista para ti.
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