El acceso a la estación de Villena AV (Alta Velocidad): una infraestructura pendiente
Mirando en perspectiva 1. Artículo de opinión de Alfonso Jordá, Ingeniero de caminos
Es éste el primer artículo de una colaboración en la que se abordarán varios temas de Alcoy o de las comarcas centrales que están relacionados con mi profesión y que se analizan desde una perspectiva mirando hacia atrás en el tiempo. Con el objetivo de aportar otro punto de vista más de las noticias del día a día. Se critica desde un punto de vista constructivo y se intenta aportar un granito de arena.
Desde junio del 2013 los alicantinos disponemos de una mejora importante en nuestras posibilidades de movilidad, usando un tren de alta velocidad que une los centros de Alicante y de Madrid, en un cómodo trayecto con duración entre dos horas y cuarto y dos horas y media. Prácticamente una hora menos que antes de su puesta en servicio.
El trayecto, además de las dos estaciones de origen y destino, incluía las siguientes: dos en las capitales de provincia intermedias de Albacete y Cuenca, y una quinta para dar servicio a una amplia zona territorial, la de Villena Alta Velocidad (AV). Todo bien planificado y muy bonito desde fuera, pero los accesos a esta nueva estación de Villena AV eran provisionales y bastante deficientes. Nueve años y medio después siguen prácticamente igual y lo que aún nos espera.
Los habitantes de las vegas bajas del Vinalopó y del Segura han tenido que esperar hasta principios del año pasado para ver la llegada del AVE a Elche y Orihuela. Y ahora se acaba de poner en marcha (el pasado 20 de diciembre) el tramo que faltaba hasta la capital murciana, aunque con algunas limitaciones.
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Volviendo a finales de octubre de 2013, visité como acostumbro, la feria de Todos los Santos de Cocentaina. En el stand de la Diputación, cogí un folleto editado conjuntamente por esta administración y la sociedad estatal ADIF, promotora del AVE y titular de las infraestructuras ferroviarias. En el folleto, se presentaba la nueva estación de Villena-AV ubicada a escasos 6 km. de su casco urbano. Daba servicio a comarcas de varias provincias: el norte de la de Alicante (el Medio y Alto Vinalopó, l’Alcoià, el Comtat, y la Foia de Castalla), la Vall d’Albaida en Valencia, Caudete y las zonas vinícolas murcianas de Yecla y Jumilla. Los 360.000 habitantes que, según dicho folleto, sumaban entre todas estas comarcas ya podían acceder al AVE.
Durante los tres primeros años de su existencia, usé muy esporádicamente el AVE a Madrid. Comprobé que había dos accesos a la nueva estación: uno de ellos parte del propio casco urbano de Villena y el segundo parte de la salida 191 de la autovía A-31 (Alicante-Madrid), atravesando la colonia villenense de Sta. Eulalia. Este último tiene la ventaja, para la mayoría de usuarios que provenimos de otras localidades, de que no se precisa entrar en la ciudad. Pero ambos itinerarios se acondicionaron a base de pavimentar sucesivos tramos de caminos rurales preexistentes, generando curvas bruscas al pasar el recorrido de un camino a otro. Su anchura es insuficiente para que se crucen con comodidad dos coches, y la señalización escasa. Y para llegar a la terminal, es necesario atravesar los cruces de varios barrancos, que esporádicamente pueden llevar bastante agua, a través de badenes de hormigón.
En el acceso desde la A-31 por Santa Eulalia, los 350 metros finales están formados por un camino de tierra con múltiples cárcavas que sortear, más propio del París- Dakar que el de un acceso a una estación española de alta velocidad. Superado este tramo medieval, se llega a la zona perfectamente urbanizada de la terminal.
Sobre la pared de la arqueta de riego se señala con pintura tipo spray AVE hacia la derecha, que son los 350 metros finales de camino muy erosionado. Hace pocos meses han puesto un cartel que recomienda puede seguir por el camino pavimentado principal, pero lo hace poca gente pues conlleva otros 2 km. de rodeo aproximadamente.
Para colmo, desde primeros de mayo del año pasado, debido a un derrumbe parcial de una antigua alcoholera de Santa Eulalia, la travesía de esta colonia hacia Villena AV, que pasaba junto a ese edificio deshabitado, se desvió provisionalmente por los caminos de tierra que bordean el núcleo poblacional. Esta circunstancia añadió la dificultad del barro persistente ante la más mínima lluvia y el riesgo de pinchazo al tramo prehistórico descrito.
Pero como “no hay mal que cien años dure” desde principios del 2022 ya se puede circular de nuevo por dentro de la travesía de dicha colonia.
Otro dato elocuente sobre la precariedad de los accesos, es el estrepitoso fracaso del servicio combinado de autobuses lanzadera desde esta estación de Villena AV hasta Benidorm y Torrevieja, que estos dos municipios turísticos apoyaron con entusiasmo. Los estudios arrojaban un ahorro de tiempo respecto a la alternativa de Alicante capital, pero el servicio sólo se prestó durante dos meses del verano del 2014, Renfe y Alsa lo suspendieron ante la poca demanda. Claro, con las condiciones de acceso a la estación descritas con anterioridad, resulta difícil que quien lo pruebe repita. A partir del 2016, dichos autobuses salen regularmente hacia Benidorm desde la estación ferroviaria de nuestra capital de provincia.
Lo cierto es que este despropósito no ha ocurrido por falta de planificación. En marzo de 2009 (cuatro años antes de la entrada en servicio del AVE) ya estaba definido un nuevo acceso por carretera para la proyectada estación de AVE. Tenía un suave trazado de unos 3,3 km., tres rotondas intermedias, el cruce del Vinalopó, el del futuro Corredor Mediterráneo y un enlace directo a la A-31 en su km. 189. Todo estaba previsto dentro de un convenio de colaboración entre las Consellerias de Industria e Infraestructuras y el Ayto. de Villena. Además, se pretendía implantar en el municipio un nodo logístico ferroviario, que se ubicaría en una gran superficie situada al norte del trazado del acceso.
Pero a partir de ahí, esta actuación ha sido uno de tantos temas sin resolver que se estancan en el teórico sendero de la “coordinación” entre los distintos niveles de las administraciones públicas: la central del estado, la autonómica, y el ayuntamiento de Villena. Las mancomunidades y consorcios comarcales y otros ayuntamientos con habitantes afectados creo que se han movilizado poco o nada al efecto. El resultado es que, unos por otros “la casa sin barrer”.
A pesar del tiempo transcurrido aún no se ha encargado un proyecto de construcción del acceso. El pasado mes de julio el presidente de la Generalitat anunció en Villena que la autonomía va a promover el acceso. Ya era hora de que Ximo Puig, después de 7 años de presidencia, diga que va a asumir los compromisos que competen a la autonomía. Y que va a poner en marcha la hoja de ruta para que aproximadamente el 7% de los habitantes de la comunidad valenciana tengamos por fin un acceso en condiciones al AVE. La realidad es que, desde que comenzó la construcción de líneas férreas de alta velocidad, allá por 1986, ha sido necesario disponer muchas estaciones “en medio de la nada” para que sirvan a un conjunto de localidades. Han sido otros niveles más bajos de la administración las que se han encargado de mejorar y después mantener los accesos a la nueva infraestructura. Y en este caso, como ya he dicho, en 2009 este asunto estaba consensuado entre la autonomía y el ayuntamiento de Villena.
![[Img #61215]](https://pagina66.com/upload/images/12_2022/6682_villena-tren.jpg)
En coherencia con esta declaración del president, el pasado mes de noviembre se publicitaron los presupuestos de la Generalidad para el 2023 y se ha habilitado una partida de 100.000 € para sufragar el proyecto de construcción. Ello implica, conociendo el proceso de tramitación y de posterior construcción del nuevo acceso, que como mínimo nos quedan otros tres años de seguir padeciendo la situación actual.
Para las comarcas de l’Alcoià, y el Comtat, el acceso en las condiciones actuales, perjudica a todos sus usuarios, pero si unimos esta situación a que otras actuaciones por parte de la administración autonómica en materia de infraestructuras siguen pendientes, el resultado es que también la accesibilidad y dinamización poblacional y económica de estas comarcas están muy dejadas. Pero eso será tema para otro artículo.





















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