El horno de leña vuelve a recuperar protagonismo en la cocina gracias a los últimos avances tecnológicos que lo hacen más fácil. No hace muchos años, el horno de leña era un elemento clave en las casas rurales. Se hacía de piedra o adobe, y de forma circular u oval, con una bóveda curva que facilitaba la circulación del aire caliente. Se calentaba haciendo arder en su interior ramas de llama viva y combustión rápida, hasta que el color de la piedra tornaba en un blanco característico.
Los primeros hornos datan de más de 5.000 años, en plena cultura egipcia y babilónica. En esencia consistían en una especie de tapa de adobe en forma de campana que, por primera vez, permitía que los alimentos se cocinasen tanto por arriba como por abajo. En otras culturas se usaban hornos abiertos. Se hacía un hueco o zanja que se forraba de piedras y luego se calentaban con fuego antes de colocar los alimentos, que se cubrían con vegetación.
Después de un poco de historia de los hornos diremos que los hornos de leña se construyen en material altamente refractario como el barro, que tiene gran poder calorífico y gran resistencia a los cambios de temperatura. Están preparados para ser colocados tanto en exterior como en interior, sin necesidad de ningún tipo de mantenimiento si están debidamente impermeabilizados.
Hoy en día podemos encontrar hornos de menor tamaño para viviendas, en los que se puede cocinar aprovechando el calor de la leña o el carbón, dependiendo del tipo de combustible que se prefiera utilizar. Una de las principales ventajas del horno de leña es el ahorro de energía. Están construidos con materiales especiales que retienen el calor durante horas dando un mayor rendimiento a los recursos. Además, los materiales son más económicos que el gasto en gas o electricidad de los hornos eléctricos o de gas.
Cocinar en el horno es un método de cocción apropiado para una gran variedad de alimentos. Puedes cocinar panes, masas, pizzas, tartas, tartaletas, galletas, magdalenas, bizcochos, asados, gratinados y especialmente piezas de gran tamaño como carnes y pescados. Los hornos de leña aportan a los alimentos un color, textura, aroma y sabor único y delicioso a la comida. También, al utilizar el suelo del horno como base de cocción no necesitas tantas rejillas o recipientes para cocinar por lo que ensucias menos.
Si te gusta cocinar de forma saludable, el horno de leña es ideal. Los alimentos al horno de leña se cocinan con menos grasa y por lo tanto son más sanos. Además, quedan más jugosos porque la temperatura de un horno de leña es más suave y homogénea. Usar un horno de leña cuenta con diferentes beneficios, como lo son el impacto ambiental, reduce la contaminación por CO2 además de reducir notablemente las facturas del gas evitándonos utilizar algunos otros combustibles. Puede ser utilizado al aire libre, permitiendo mantener un lugar más limpio y sin contaminación en el ambiente.
En Chimeneas Sirvent te pueden aconsejar en qué horno es el más adecuado para tu espacio o tus necesidades.
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