De los montes su aire purificado,

por serpenteantes ríos bañado

y entre vastas murallas fortificado

yace mío Alcoy refugiado.

Del trepidar de máquinas fabriles dignificado,

por bocinas de automóviles adueñado,

y con anchas y bien cuidadas calles ataviado

vive mío Alcoy industrializado.

Bello tiempo añoso damnificado

por gobernantes que sus sillones han ocupado.

¡Oh, mío Alcoy! De referente industrial acuñado,

en favor del progreso de ello te han despojado.

De los moriscos antaño liberado,

por reyes de oriente visitado

y entre festejos de tradición conmemorado

os alimentan de turismo interesado.

El latir de vuestro corazón apocado

por categórica pujanza peatonalizado,

entre promesas anodinas diseñado,

pervivís mío Alcoy depreciado.

De la manzana tecnológica magnificado,

con su transigente sobrecoste anunciado.

Por carriles bicis sois colmado

y hasta un hermoso paraje forestal han vedado.

Entendible seáis mío Alcoy al sentiros despoblado.

Por la sostenibilidad e inteligencia vuestro honor han mancillado.

De sus dirigentes mío Alcoy cansado

por Na Valora las puertas ha cruzado.

En las puertas mío Alcoy se detuvo apenado.

La cara de su caballo hacia Santa María ha volteado.

Su mano derecha ha alzado

y la cara se ha santiguado.

Por sus ojos mío Alcoy va tristemente llorando.

Suspiró entonces mío Alcoy, de pesadumbre cargado.

y comenzó a hablar así, tan justo y mesurado:

¡Loados seáis, señores gobernantes

que en mis sillones os amparáis

para vuestros proyectos aberrantes!

Decidme pues, ¿qué os he hecho, caballeros de ficción?

yo sirviéndoos, y vosotros tramando mi perdición.

En aquel día el río Serpis mío Alcoy ha cruzado,

dirigiose al barranco antaño albergado.

Sacó el pie de la estribera y allí quedó acampado

donde descansa su decoro afamado

Están fueron las hazañas de mío Alcoy,

en llegado a este lugar se termina esta canción

hasta que el pueblo alce la voz

y dictamine nueva elección.