
Contratar los servicios de un detective privado es algo que está al alcance de todas las personas y que puede ser necesario en algún momento de la vida, ya sea por cuestiones particulares o empresariales.
En nuestro país hay diferentes despachos o agencias especializadas, y en todos los casos se trata de profesionales cualificados para llevar a cabo investigaciones precisas. Esto significa que van a actuar conforme marca la ley: con sus protocolos y sus límites.
Pero, ¿sabes qué puede hacer un detective privado y qué no? Muchas personas tienen una idea difusa al respecto, por lo que en este artículo lo vamos a aclarar absolutamente todo. Te mostraremos los requisitos para ejercer, las actividades que tienen permitidas y todas las líneas que no pueden cruzar.
Los requisitos indispensables para ser un detective privado
El detective privado es una figura algo desconocida en nuestro país, pero debes saber que se trata de un profesional formado y altamente cualificado para desarrollar esta actividad. No basta con ponerse una gabardina y hacer tarjetas de visita para dedicarse a esta profesión, pues se trata de un sector que viene regulado por la Ley de Seguridad Privada.
Todo experto en este ámbito debe cumplir con los siguientes requisitos para ser detective privado:
- Tener la nacionalidad española o bien de alguno de los Estados miembros de la Unión Europea.
- Contar con las aptitudes psicológicas y físicas adecuadas para el cargo.
- Ser mayor de edad.
- Disponer de un título de investigador privado acreditado, una formación superior reglada en este ámbito o un certificado avalado por el Ministerio del Interior.
- No haber sido objeto de una sanción en materia de seguridad privada en los cuatro años previos a ejercer la profesión.
- No haber sido expulsado de las Fuerzas Armadas o del país de procedencia en los dos últimos años.
- No contar con condenas relacionadas con la intromisión a la intimidad.
- Haber superado con éxito las pruebas de acreditación que impone el Ministerio del Interior.
Como ves, el simple acceso a esta profesión ya tiene ciertas restricciones. Para garantizar que se contrata a un detective privado que ejerce de forma lícita y cuenta con todos los requisitos, lo ideal es apostar por una agencia consolidada. En este sentido, la agencia de detectives Doverty Madrid es una de las más sólidas en nuestro país y ofrece servicios en muchos ámbitos diferentes relacionados con la investigación, tanto particular como en el sector empresarial. Aunque es una agencia de detectives que trabaja en Madrid, también lo hace en otras ciudades como Toledo, Alcalá de Henares, Fuenlabrada, Móstoles o Pozuelo de Alarcón.
Todo lo que puede hacer un detective privado
Los profesionales de los que hablamos pueden hacer investigaciones en los casos en los que hay sospecha de un delito. Para ello tienen permitido emplear técnicas de investigación, seguimiento y obtención de pruebas. Sus informes y hallazgos serán clave a la hora de acreditar que una persona o entidad ha cometido algún tipo de infracción.
Los delitos que suelen investigar los detectives privados son los siguientes:
- Delitos societarios.
- Delitos sexuales de acoso, agresiones y/o abusos.
- Delitos contra el mercado y a los consumidores.
- Delitos de descubrimiento y revelación de secretos.
- Delitos relativos a la propiedad intelectual o industrial.
- Delitos contra la propiedad intelectual, contra la propiedad industrial o delitos que perjudican el mercado y a los consumidores.
- Delitos de calumnias e injurias.
También trabajan realizando investigaciones sobre personas que han desaparecido, haciendo labores de contraespionaje o en ámbitos que actualmente están muy vigentes, como la ciberseguridad. Todo ello lo realizan siguiendo los procesos adecuados y llevando un seguimiento de cada caso donde queden registrados todos los pasos de la investigación.
¿Qué es lo que un detective privado no tiene permitido hacer?
Con el fin de garantizar el derecho a la intimidad y respetar ciertas barreras que solo se pueden cruzar con una orden judicial o bien por las autoridades competentes, los detectives privados tienen marcadas ciertas limitaciones en su ejercicio profesional. Te mostramos todo lo que no pueden hacer durante sus investigaciones.
Investigar a todo tipo de personas
Un detective privado no puede investigar a todas las personas sin razón aparente. Su trabajo debe estar dentro del marco de un servicio en concreto, por lo que el cliente debe justificar la legitimidad de la contratación de este servicio. El investigado debe tener algún tipo de relación con el contratante y debe haber un motivo, por ejemplo, la sospecha de que se está cometiendo un delito. En ningún caso puede investigar por cuestiones meramente subjetivas y personales.
Emplear pruebas del cliente
Estos profesionales sólo pueden introducir en sus informes las pruebas que han obtenido por sus propios medios. En algunos casos, los clientes quieren facilitar fotografías u otros hallazgos para que trabajen con ellos, pero esto no es posible. En primer lugar, porque no pueden acreditar que su obtención sea lícita.
Quebrantar el secreto profesional
Lo que cuenta la persona que contrata al detective a privado a este profesional debe salvaguardarse con su confidencialidad. Es una forma de proteger la relación entre ambos y la integridad de los clientes.
Grabaciones a terceros cuando no participa
Los detectives privados pueden emplear dispositivos de escucha o de video para recopilar pruebas. Sin embargo, solo pueden registrar aquellas conversaciones en las que ellos mismos participan activamente y nunca las que solo involucran a terceros.
Actuar en espacios privados
Los trabajos de seguimiento u obtención de todo tipo de grabaciones solo se pueden llevar a cabo en los espacios que son públicos. Estos profesionales tienen prohibido registrar lo que ocurre en ámbitos como las casas particulares o los despachos, que son entornos privados.
Atentar contra la privacidad en las comunicaciones o hackear
Enterarse de las conversaciones que surgen en los teléfonos móviles privados, los correos electrónicos o los mensajes que se envían no es algo permitido. La privacidad en las comunicaciones es un derecho, y esto solo puede ser intervenido con una orden judicial que se otorga en determinados casos a las autoridades.




















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