El estrés crónico puede dañar la dentadura y provocar diferentes patologías bucodentales si no se toman las medidas adecuadas. Algunos de los problemas relacionados con el estrés incluyen el bruxismo, inflamación de las encías, síndrome de la boca ardiente y mayor susceptibilidad a las enfermedades periodontales.

El bruxismo se produce cuando los dientes se ajustan y rechinan, generalmente durante la noche mientras duermes. El estrés aumenta la presión en lo músculos de la mandíbula de manera que los dientes se aprietan y rechinan. Debido a ello el esmalte de los dientes puede dañarse y desembocar en caries y dolor dental.

En las enfermedades periodontales, el estrés puede debilitar nuestro sistema inmunitario y con ello favorecer el desarrollo de las enfermedades periodontales.

El Síndrome de la boca ardiente es una enfermedad que se caracteriza por una sensación de ardor o picazón en la boca que no desaparece. El estrés es una causa común de este síndrome ya que la disminución de la secreción de saliva debido al estrés puede desequilibrar la flora bacteriana y favorecer las infecciones orales, con todo lo que ello implica.

Para prevenir que el estrés dañe los dientes y encías, los expertos de Clínica Barrachina recomiendan seguir una serie de consejos como mantener unos adecuados hábitos de higiene bucodental en el día a día. Este hecho reduce la posibilidad de que se produzcan infecciones en la boca y con ello el riesgo de periodontitis o inflamación de las encías.

Acudir a las revisiones periódicas con el dentista incluso aunque no tengas ningún síntoma aparente, ya que en sus fases iniciales muchas patologías bucodentales no causan molestias ni se observan a simple vista.

Come una variedad de alimentos que sean bajos en azúcar y altos en nutrientes. Esto puede ayudar a mejorar tu salud y prevenir enfermedades como la caries dental.

Intenta practicar técnicas de relajación para combatir el estado de tensión. Esto puede incluir yoga, meditación, respiración profunda o incluso ejercicio.