Ahora que parecía que llegaba el frío seguro que más de uno ha pensado en abastecerse de leña para los meses más fríos y ha empezado ha adquirir troncos de madera para su quema. Si bien quemar madera en la chimenea o en la estufa puede ayudarte a bajar los costos de la energía, hay que decir que no se puede quemar cualquier tipo de madera.
Se pueden agregar al fuego las variedades más naturales siempre que esté adecuadamente seca y permanezca sin tratar pero otras pueden ser desagradables e incluso tóxicas. Por eso debes asegurarte de saber cómo identificar las distintas especies de madera para tomar la decisión correcta.
Una de las maderas que no se puede usar en una chimenea es el Laburnum, se conoce comúnmente como Lluvia de Oro y es un árbol de tamaño pequeño a mediano que produce una flor amarilla en primavera. Cada parte del mismo se considera venenosa e incluso puede ser letal en grandes dosis. Los síntomas de envenenamiento incluyen somnolencia, coma, vómitos, diarrea, convulsiones, espuma en la boca y pupilas dilatadas en forma desigual. Nunca se debe usar la madera del laburum como leña ya que produce un humo acre que contamina los alimentos y puede causar reacciones graves debido a la exposición a las toxinas del árbol.
El Zumaque venenoso con su nombre ya nos deja intuir que tampoco se va a poder usar ya que es venenoso y nunca se debe usar como leña. El tronco de este árbol contiene un aceite llamado urushiol que causa erupciones en la piel. El humo del Zumaque quemado también contiene trazas de urushiol y puede causar severas reacciones en la piel o en los pulmones si el humo es inhalado. Los mismos principios se aplican al Cornejo venenoso, el saúco venenoso, el sambuco venenoso y al roble venenoso. También se debería evitar quemar leña de árboles que se encuentran en las proximidades de estos árboles o de piezas que no puedes identificar.
Si bien es tentador reunir todos los desechos de madera que puedes encontrar para usarlos para el fuego, siempre debes asegurarte de saber de dónde viene para evitar posibles peligros. Nunca quemes ningún tipo de madera que haya sido tratada a presión o cubierta con cualquier tipo de producto químico como pintura, barniz o tinte para madera. Si usas madera tratada como leña puedes liberar vapores nocivos que pueden ser dañinos. También puedes encender productos químicos inflamables que pueden causar un incendio incontrolable e incluso una explosión.
Otro tipo de madera que no se puede quemar es toda aquella no autóctona. El peligro de éstas es que pueden estar afectadas por plagas o enfermedades que pueden dañar a la flora autóctona. Por eso los expertos recomiendan que no se queme madera de origen desconocido, aunque se trate de una ganga.
Si la madera no se almacena adecuadamente al aire libre, puede humedecerse y empezar a enmohecerse. Por ello la madera mohosa o húmeda tampoco se puede quemar. El moho resulta peligroso, en especial para personas con alergias, con el sistema inmunitario debilitado o con enfermedades respiratorias. Las esporas microscópicas del moho se esparcen por el aire o acaban en tu ropa después de que hayas tocado la madera. Antes de usar la madera como leña, tienes que eliminar el moho. Para ello debes secar por completo la madera y luego raspar el moho.
En el caso de la madera húmeda, tampoco debe usarse para la chimenea, ya que esta produce humo excesivo que incrementa los niveles de gases de combustión de la chimenea y disminuye la producción de calor. Si quemas madera húmeda en una estufa de leña con la puerta d ella estufa abierta, te arriesgas a que se propaguen gases nocivos dentro de tu casa.
La madera que encuentras a la deriva en el mar tarda mucho en secarse para poder usarse como leña. Y aun estando seca, tampoco debes usarla, ya que está cubierta de agua con sal y minerales. Al quemarla, estos liberan sustancias tóxicas y pueden ser perjudiciales para tu salud.
Si la madera está infestada de hongos, no debes quemarla. Las corrientes de aire que se producen al quemarla pueden propagar esporas de hongos alrededor del fuego y provocar problemas cutáneos y respiratorios.
Otros tipos de árboles que no se pueden quemar son el Tejo, Adelfa y Laurel venenoso. Inhalar el humo que produce quemarlos puede provocar graves irritaciones, reacciones alérgicas o toxicidad pulmonar. Lo mismo sucede tanto si se quema al aire libre o en un lugar cerrado.
Chimeneas Sirvent advierte que se debe controlar muy bien la leña que vamos a utilizar para evitar problemas graves de salud.
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