El Kale, considerado como un superalimento, se ha puesto de moda en Estados Unidos. El gran éxito de esta verdura son sus grandes virtudes nutricionales. El Kale es una prima de la berza, un tipo de col rizada perteneciente a la familia de las crucíferas.

Al igual que el repollo, la lombarda, las coles de Bruselas, la coliflor, el brócoli, los grelos o incluso el nabo y el rábano se caracteriza por tener un alto contenido en agua, lo que les hace tener muy pocas calorías, presentar un alto contenido en fibra por lo que son muy útiles en dietas de reducción de peso, son ricas en vitaminas B, C, E y K y en minerales como el potasio, calcio y magnesio.

Otros beneficios del Kale son los glucosinolatos, compuestos azufrados propios de estos vegetales, se están investigando por su efecto preventivo del cáncer de próstata. Los sulfofaranos de la berza parecen tener efectos antiinflamatorios. El Kale contiene boro, un mineral que previene la pérdida de estrógenos y ayuda a fijar el calcio de los huesos, por lo que resultan recomendables para la dieta de la mujer en la menopausia.

Por otro lado, el kale tiene hierro pero es hierro de origen vegetal, es decir hierro no hemo, su absorción es mucho más baja que la del hierro de origen animal. Algo similar ocurre con el calcio, mientras que el de la leche es muy biodisponible, fácilmente aprovechable por el organismo, el calcio presente en los vegetales se absorbe menos por la presencia de fitatos.

Aunque es un superalimento, hay que tener cuidado ya que puede afectar a algunos usuarios. Por ejemplo, las personas con hipotiroidismo podrían tener problemas, ya que los compuestos azufrados interfieren en la absorción del yodo y los enfermos que toman anticoagulantes también deben tener cuidado, por el elevado contenido en vitamina K.

En La Finca Ecológica tienen kale en su catálogo como producto de temporada.